El profeta Mahoma es la figura central del islam, aunque no posee carácter divino. Se trataba de un hombre común y corriente que fue —según la visión del islam— elegido por Dios para transmitir la palabra divina a la humanidad. Se convirtió así en el último de una larga lista de profetas que habían difundido el mensaje de la salvación, desde Noé y Abraham a Moisés, David o Elías hasta Jesucristo. No tiene naturaleza divina pero se le considera el último y definitivo de los enviados; tras él no puede venir otro. De ahí que reciba también el sobrenombre de «sello de los profetas».
La biografía de Mahoma (sira) ha sido transmitida con gran número de detalles por los cronistas dedicados al hadith, los textos que anotan los hechos y palabras de Mahoma. La propia historiografía islámica distingue entre datos fiables, probables y dudosos, según la lista de personas que transmitieron estos relatos oralmente antes de que fueran anotados. Estas ‘cadenas de transmisión’ de la información se conocen como isnad. Aunque hoy día se suele aceptar el compendio biográfico de Mahoma como una realidad histórica, sería más preciso calificarlo de leyenda áurea, al no existir testimonios independientes ni hallazgos arqueológicos al respecto.
Acorde a la sira, Mahoma —su nombre era Mohamed Abu Kasem ben Abdala— nació en La Meca, en Arabia Central, alrededor del año 571 d.C. en el seno de la influyente tribu Qoraich. De origen humilde, se convirtió en guía de caravanas y se casó a los 25 años con Jadiya, una rica comerciante. A los 40 empezó a tener experiencias espirituales, acompañados de convulsiones, que finalmente se concretaron en la visión del arcángel Gabriel. Éste —así se narra el momento fundacional del islam— le enseñó un libro y le ordenó: «Lee».
Aunque analfabeto durante toda su vida, Mahoma era de repente capaz de recitar íntegramente el texto que le fue enseñado y lo transmitió a sus primeros discípulos tras el fin de la visión. Durante experiencias similares a lo largo de una década fue recibiendo y memorizando otros capítulos de aquel libro divino, hasta completar un cuerpo de 114 suras o capítulos, ordenados más tarde de mayor a menor en el Corán.
En Petra según el investigador de historia y arqueología islámica Dan Gibson, este fue el lugar donde Mahoma recibió las primeras revelaciones y la primera Biblia