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Rodolfo Hernández: SORPRESA DE LA JORNADA ELECTORAL DERROTANDO AL ESTABLECIMIENTO

Rodolfo Hernández, el hombre sorpresa

Rodolfo Hernández, de 77 años, fue la sorpresa de la jornada electoral de primea vuelta al derrotar al candidato de todos los partidos políticos de Colombia. Gustavo Petro fue el ganador con el mayor número de votos, pero no le alcanzó para ganar en primera vuelta.

Se refiere a sí mismo con su profesión: se nombra como «ingeniero Rodolfo Hernández», como si esta fuera parte su nombre de pila. Quien no lo conoce puede hacerse una idea de él como el «Trump» colombiano, que con una fortuna propia y presentándose como un outsider, un político independiente ajeno al establecimiento y a los partidos tradicionales, busca llegar a la presidencia de Colombia el 29 de junio a pesar que tiene pendiente un juicio por corrupción.

Rodolfo Hernández Suárez es un empresario oriundo de la región de Santander, en el noreste colombiano.

Se desempeñó como empresario de la construcción, con lo que amasó su fortuna, y tras un paso polémico pero popular por la alcaldía de Bucaramanga —una ciudad de unos 500.000 habitantes en el noreste de Colombia—, decidió dar un salto a la arena nacional como candidato presidencial con una plataforma basada en la lucha contra la corrupción.

Proveniente de una familia de clase obrera, Rodolfo Hernández, ingeniero civil de profesión, hizo su fortuna entrando en el negocio de la construcción de vivienda de interés social (para las familias más pobres) en los años 90, cuando Colombia atravesaba una crisis de construcción.

En ese entonces, «ante una eventual insolvencia para pagar los créditos adquiridos», dice su página web, creó el PLAN 100, en la que las familias podían comprar una casa en 100 cuotas mensuales que le pagan directamente a él. La empresa de Hernández era constructora y banco a la vez, ganando intereses por la financiación propia.

Si bien en 1992 ya había sido concejal del municipio de Piedecuesta, en Santander, nunca asistió ni se posesionó como cabildante, «solo mandó una carta renunciando a su investidura a finales de 1992,

Tras décadas en el negocio de la construcción, Hernández se inscribió como candidato independiente con un millón de firmas. Con su movimiento cívico Lógica, Ética y Estética, y tras prometer millones de casas para las familias más vulnerables, ganó la alcaldía en 2016 con poco más de 77 mil votos . Fueron solo unos miles más que su contrincante más cercano del Partido Liberal.

«La gente le creyó y ganó por escasos 5.000 votos ante un (ex) alcalde liberal que antes en las encuestas estaba 20 puntos arriba», le dijo a CNN Julio Acelas, analista político y director del Observatorio Ciudadano de Santander, en Bucaramanga.

Pero el alcalde no completó su odisea, pues varios escándalos le ocasionaron tropiezos con la Procuraduría de Colombia, que le puso varias sanciones disciplinarias. Según reportes, para 2019  Hernández tenia abiertas 34 investigaciones disciplinarias  en la Procuraduría.

En 2019, alegando persecución política y cuando la procuraduría lo sancionó por presunta participación indebida en política, renunció a su cargo como alcalde de Bucaramanga.

Ahora busca llegar a la presidencia de Colombia convenciendo a sus seguidores que él es el redentor que el país necesita y que bajo su gobierno la corrupción y el robo de dineros públicos se acabará.

«Donde nadie roba la plata alcanza», dice en la presentación de su plan de gobierno.  como un epígrafe y asegura, convencido, que a Colombia le «llegó la hora».

«La plata no da fama, no da reconocimientos, pero sí lo público», dice Acelas sobre por qué, según él, Hernández está montado en la travesía de una campaña presidencial. Dice el analista que el objetivo del candidato es figurar en lo público por intereses personales.

Hernández, el «Trump» colombiano

Rodolfo Hernández se expresa de manera muy coloquial y con frecuencia con groserías.

«Él ha creado aquí lo que en teoría política le han llamado hechos alternativos: hace ver que fue un gobernante exitoso —que no lo fue— que transformó la ciudad… y se crea una ficción muy bien en la línea de (Donald) Trump», creyéndose un caudillo redentor», dice Acelas.

El «ingeniero Rodolfo» hace alusión a la fama que tienen los santandereanos: tiene un carácter firme, habla de frente y sin rodeos, con un tono fuerte y contundente.

Durante la campaña ha acusado a sus detractores  de «sinvergüenzas», «atracadores», «ladrones», y hasta drogadictos cada vez que tiene oportunidad.

Usa malas palabras e improperios porque es «espontáneo, porque soy natural, porque aquí en las reuniones de amigos hablamos así», dijo en el medio local Minuto 30.

Hernández ha golpeado frente a las cámaras a sus contrincantes políticos. Una de esas veces ocurrió en noviembre 2018 cuando agredió físicamente a un concejal opositor frente a las cámaras.

Rodolfo Hernández, de 77 años, fue la sorpresa de la jornada electoral de primea vuelta al derrotar al candidato de todos los partidos políticos de Colombia.