Selección femenina de Colombia, excelentes jugadoras que protestan por el tratamiento de los directivos del fútbol con los equipos de las damas.
Esteban Jaramillo Osorio
A propósito de la Copa América.
Corren las chicas futboleras con el balón, el que manejan con la destreza que muchos futbolistas de la rama profesional, envidian.
Con los libretos antiguos que el fútbol resultadista rechaza. En defensa de las fintas con velocidad, las gambetas como argumento, las emociones naturales, no fingidas y el espectáculo sin especulaciones.
Como era el rock…O como es. Puro, enérgico, dominante.
Atraen, distraen, deleitan y disfrutan, desplazando el interés por la burguesía del fútbol masculino que se juega, en ocasiones, sin profesionalismo.
Cambiaron el rechazo por el flechazo y tocaron los corazones futboleros con el juego que practican.
Con ellas el baile del balón es un canto a la libertad, con exigencia activa a los derechos secuestrados por la chocante tendencia a minusvalorar las, por quienes viven obnubilados por el negocio.
Son sus sueños de grandeza que se hacen realidad, después de manchas con descrédito, rechazos continuos y discriminaciones. Por eso grandes figuras miran expectantes y a distancia la copa América con sus efectos, porque por encima de sus habilidades prevalecen los vetos.
Miran con simpatía, a las chicas, a los periodistas.
Lograron ellas, con esfuerzo, los espacios en las primeras páginas de los medios deportivos, incluidos los televisivos, donde gozan de amplio cubrimiento.
Ya era hora.
Juegan cada partido como si fuera el último, porque es la lucha por sus vidas, sus sueños y sus metas que no se limitan solo a ir al mundial, a los olímpicos o a los Panamericanos. Es el deseo inmenso de ganar reconocimiento y respeto.
El fútbol femenino ya no es solo un susurro. Es la lucha continua por las reivindicaciones, que han gozado en los últimos tiempos de la ferviente adhesión desde las gradas, a pesar de los aplausos hipócritas de quienes sacan pecho solo cuando compiten.
Las chicas del fútbol…duras de matar.