Mario Castaño, senador del Partido Liberal. 

Javier Sánchez

El senador Mario Castaño señalado por la Fiscalía General de la Nación como el responsable de una organización que direccionaba los contratos estatales para apoderarse de los recursos públicos del orden nacional, en respuesta a las acusaciones y especial a las conversaciones que le interceptó a fiscalía afirmó: «Me encontraba bajos los efectos del alcohol». Es decir como en el argot popular: «borracho no vale».

«El proceso ni siquiera es contra las personas que capturaron, sino contra Mario Castaño,  están utilizando la justicia para fines perversos. Todos los capturados son privados, particulares. No hay una sola captura de servidor público, uno sabe que cuando adquiere una dinámica en la política, se vuelve objetivo de muchas cosas», expresó el congresista Mario Castaño indignado por haber sido vinculado a una banda que direccionaba contratos con la finalidad de apropiarse de recursos públicos del orden nacional. Dichos recursos estaban destinados a cubrir obras públicas en Valle del Cauca, Cauca, Tolima y Risaralda.

La Dirección Especializada contra la Corrupción, con el apoyo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), indicó a los medios de comunicación que un trabajo realizado durante ocho meses, estableció que, desde la oficina del senador Mario Castaño, supuestamente se direccionaban millonarios contratos a cambio del 10% del valor total de cada uno.

El senador Castaño reiteró que se encontraba bajo los efectos del alcohol, asegurando que el contrato mencionado por la fiscalía  no representaba ingresos para él.

Persecución de la fiscalía

Mario Castaño senador de la República en representación del Partido Liberal fue enfático en señalar   que no estuvo involucrado en hechos de corrupción y que se trata de una persecución en contra suya: «El fiscal del caso dijo desde el inicio que el objetivo era yo.  ¿Cómo hace usted para pedir algo que nunca pasa?».

Qué dicen en el Senado

El escandalo en que se ve envuelto el senador Mario Castaño ha desatado comentarios entre sus colegas y el personal legislativo quienes en su mayoría indican que las revelaciones hechas por la fiscalía ayudan a desprestigiar al Congreso de la República, donde los niveles de aceptación por parte de la ciudadanía son paupérrimos.

Algunos congresistas consultados y que solicitaron que se mantenga en reserva su nombre indicaron que el 75 al 80 por ciento de los congresistas están vinculados a las practicas  que tendrá que responder el senador Castaño ante la Corte Suprema de Justicia.

«La compra de votos se institucionalizó en Colombia, primero una una practica exclusiva de la costa atlántica hoy en día se extiende a lo largo y ancho del país. Lo más triste es que el actual gobierno impulsa esta situación comprando e apoyo de congresistas para luego recompensarlos con la llamada mermelada que en otras palabras es el significado del delito del Código Penal conocido como soborno», indicó un congresista del propio Partido Liberal.

Mario Castaño en campaña