Opinión, TOP

Crónica de Gardeazábal: MINISTRO SENSATO PERO AMBIGÜO

Andrés Camacho, ministro de Minas y Energía

 

 

 

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El Porce

Aunque ni  las oficinas de comunicaciones del gobierno ni los  amigos o enemigos de Petro lo reconozcan, el nuevo ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, es cuota política de las Farc, representadas en el Congreso por el partido Comunes.

Democráticamente él participó en su representación en las elecciones para la Cámara por Bogotá y no resultó electo, pero el presidente lo nombró para reemplazar a la increíble Irene Vélez en el ministerio. Y de una, para no dejarle  ventaja al puesto y coger el toro por los cachos, sus primeras declaraciones , aunque dan reversa a las tremebundas equivocaciones de Irene, son ambiguas.

Según él, en Colombia se va a mantener la actividad exploratoria, lo que  reabre la búsqueda y por ende explotación del gas .Pero  enfatiza que se hará en clave de energía para poder financiar la transición energética.

En otras palabras y en desarrollo de un planteamiento muy sensato ,que si encontramos más gas  no solo no se va a importar de Venezuela sino que volvemos a pensar en su exportación para el mercado de divisas.

Se supondría entonces que de la misma manera se manejará la exploración de los pozos petroleros aunque seguramente modificando los términos y contratos de explotación ,pero como no quiere defenestrar a Petro y su secta antineoliberal, calla.

No conozco al señor Camacho. Había oído de su nombre y de su curriculum cuando pretendieron nombrarlo al mando de la ANH pero al oírlo  se reconoce la sensatez que lo rige por encima de cualquier consideración ideológica que posea.

La transición energética no requiere de persecuciones sino de financiar los reemplazos. Apoyar más molinos de viento o hacer posible la geotermia en nuestros volcanes, extender redes desde los focos productores o montar las olvidadas termos a boca de pozos gasíferos, es apoyar sin traumas la transición en que el mundo está empeñado y en donde los colombianos no vamos a ser los únicos sacrificados, como quería Irene.