Opinión, TOP

Crónica de Gardeazabal: NOS VA A PASAR LO DE BOLIVIA

Bolivia lleva semanas bajo presión por una escasez de divisas.

 

 

Gustavo Álvarez Gardeazabal

El Porce

Los medios periodísticos y las redes sociales deberían permanecer mucho más atentos, y ampliando las informaciones, sobre el fenómeno económico que está soportando Bolivia y que, con los antecedentes conocidos, puede estarse comenzando a vivir en Colombia bajo la premisa leninista que debe destruirse lo que funciona para construir un nuevo orden sobre las cenizas.

En Bolivia, se implantó el socialismo al asumir Evo en 2006 , nacionalizó el gas y puso a su país a recibir chorros de dinero. Empero, y sin hacer parte de la horda anti extractivista donde la ministra Irene y Petro se han montado, en Bolivia no se perforó un pozo más ni se invirtió en la modernización de las estructuras.

Simplemente se gastaron toda la plata que entraba. Hoy en día no hay divisas con qué realizar todas las importaciones que se requieren para que   el país andino no  se paralice .Tanto que el presidente Arce le ha pedido al Congreso que les autorice vender las 43 toneladas de oro de las reservas internacionales. Allá, ( como está comenzando a pasar acá)han comenzado a usar la mentira oficial para evadir la responsabilidad y frenar la protesta que ya se palpa en las calles de las ciudades bolivianas.

El Banco Central dice que todo está bajo control pero las colas para conseguir dólares primero fueron larguísimas y después se acabaron porque nadie tiene los billetes verdes para vender.

En Colombia todavía no hemos llegado allá, pero con la prohibición  vigente contra los nuevos pozos de petróleo y gas y la gran cagada de la Reforma Tributaria que mató la gallina de los huevos de oro del turismo y el inocultable deseo de aporrear al sector privado, y en especial a todos los que sean propietarios, con regulaciones abusivas, reevalúo catastrales y elevar el costo de la contratación salarial para retornar al régimen del sindicalismo, vamos acelerados a ser otra Bolivia con desempleo, estatizando  ahorros pensionales para espantar inversiones y asustando a todo el que hasta ahora podía comprar su mercado.