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Crónicas: EXPLOTACIÓN SEXUAL INFANTIL EN CARTAGENA

La mafia de la prostitución recluta niños y niñas

 

María José Villafañe Barraza

Una serie de mitos ampliamente difundidos también tienen parte en el deseo, cada vez más evidente, de niños, niñas y adolescentes para fines sexuales. Uno de ellos es la creencia de que por su edad e «inexperiencia» sexual, cargan pocas o ninguna enfermedad de transmisión sexual, incluyendo el Sida. Lo cual, por supuesto, está muy alejado de la realidad teniendo en cuenta que los menores carecen, muchas veces, de una apropiada orientación respecto a la sexualidad y los cuidados necesarios en cualquier tipo de contacto sexual. Además su sistema inmune no se ha desarrollado plenamente, lo que los hace más propensos a contraer cualquier tipo de infección o enfermedad.

En un informe  de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el relator especial, Juan Miguel Petit, declaró que «Tras el descubrimiento del VIH, la demanda de niños cada vez más jóvenes para la prostitución no ha dejado de crecer. Sus agresores ya no son solo pederastas, sino también personas que consideran que las relaciones sexuales con los más jóvenes comportan un riesgo menor. Suponen que las personas más jóvenes tiene menos probabilidades de haber contraído el virus al haber tenido menos relaciones sexuales y según algunos informes, en determinadas culturas persisten los mitos de que las relaciones sexuales con una persona virgen o con un niño curan la infección por VIH/ SIDA en la persona mayor».

Las personas «afro», o de tez morena, también son apetecidas por los turistas debido al mito de que tienen mucha energía sexual. La diferencia de color, la forma de ser espontánea y vivaras hacen suponer que el sexo será mejor. Esto hace de ciudades con Cartagena, cuya población es negra en su mayoría, uno de los focos más atractivos a quienes suscriben a este mito. A esta creencia se le suma la de que las mujeres colombianas son sensuales y cariñosas. Y los imaginarios se multiplican.

Existen muchos más factores de riesgo para los menores en Cartagena, algunos de estos son:

– Los grupos de jóvenes que bailan en plazas del Centro para conseguir dinero de parte de los turistas. Algunas de las que bailan son menores de edad, y los bailes que realizan de connotación erótica y sugestiva, las ponen en el ojo de los turistas y locales.

– La desescolarización y deserción escolar. Además de la escasez de oportunidades al terminar el bachillerato. Esto trae como consecuencia la falta de un proyecto de vida. Por estas razones no se tienen metas a futuro, sino que se enfrenta el día a día como venga y se van enfrentando las cosas cuando suceden.

– Lo que era un antivalor, «el hecho de que mi hija pueda ‘levantarse’ a ese extranjero y se la lleve y le compre de todo», se convierte en una de las esperanzas de sobrevivir para la familia y en una de las metas para las niñas y adolescentes.

También son inminentes los riesgos y amenazas que se les presentan a estos menores, entre ellos la adicción a las drogas, el exceso de alcohol, la violencia sexual o los ultrajes a los que pueden verse sometidos por parte de los explotadores.

El panorama en Cartagena es desolador, pues confluyen en ella innumerables factores de riesgo para los menores de edad, que obligados o no, están inmersos en una problemática social que toca todas las esferas de la sociedad, y que no tendrá fin mientras la pobreza, la falta de educación y de oportunidades no constituyan y alimenten el círculo vicioso que hace posible la perpetuación de este fenómeno.

Adolescentes transitan por las calles de Cartagena ejerciendo la prostitución. 

El drama infantil es total 

El panorama en Cartagena es desolador