Don Abuso

 

David Turbay Turbay

La historia del abuso es muy antigua. Surgió antes de la agricultura.

Gregorio Marañón, sin dudas aseveró que no hay nada bueno de lo que no se pueda abusar.

El abuso del poder es una enfermedad, al parecer incurable del ser humano.
Un día leí a Edmund Burke: Los abusos son como los viejos caducos; llega un tiempo en que dejan de infundir respeto.

Creo que llegó el momento de derribarlos. Creo que llegó el deber de realizar la operación salvamento.

Borges anotaba lo que es abusar. Sencillo, es mal usar.

La tiranía de los abusadores, es la síntesis de los aconteceres, de la cotidianidad del mundo. Los apetitos por encima de la razón. La sobradés y la arrogancia en todo su furor.

Y ellos, los abusos, son minas sordas que tarde o temprano estallan.

Ruy Barbosa le aseguró al mundo con sapiencia que los abusos son todos compadres unidos. Viven de la contraprestación que mutuamente se prestan.

El abuso, ha defraudado mucho el ser del hombre.

El sueño de un mundo sin abusos, puede parecer demagogia en acción.

EL dicho de que se extinguirán los abusadores, sería eventual fracaso luchador.

Qué hacer frente a este deprimente panorama?

Hay que formar al nuevo hombre. No podemos seguir levantando generaciones de tiranos.

La educación debe edificarse en el respeto del derecho ajeno. Y ello conducirá a la paz.

Las injusticias hay que conjurarlas, si queremos que los que las padecen no acudan a experticias irreversibles como criminales, a la de la propia mano.

Una educación con valores debe estar en el recetario preventivo y creador de un mundo mejor.

El respeto por los padres, por los maestros, por el trabajador y sus derechos, por el enfermo que necesita ser sanado, deben volver a contar.

La justicia debe honrar su misión. Se necesita más justicia que jurisdicción.

La provincia también es Colombia. Y merece espacios de poder.

Los poderíos no pueden concentrase en los mismos con las mismas.

El aparato productivo no debe crecer riquezas para atropellar al desvalido, sino para servirlo.

Hay que crear las condiciones para que haya trabajo digno para todos.

El gobierno no puede ser un club de asociados para su excluyente propia riqueza, sino para el bien común.

La educación no debe ser un privilegio para los ricos en detrimento de los pobres que no pueden acceder a ella por carencia de recursos e insuficiencia de los accesos a la educación pública.

La soberanía alimentaria debe ser un necesario objetivo a lograr.

La clase campesina es la música que ronda el destino emocional de nuestras esperanzas.

El medio ambiente hay que protegerlo, o pereceremos todos.

La magia de algunos gobernantes que lo desaparecen todo, debe ser reemplazada por la de los Harry Poter de la modernidad, que crean el acceso a las dignidades con base en los merecimientos y mágicamente borran tristezas y pesares.

El Congreso no puede ser un recinto de mal vestidos que se insultan, sino el escenario democrático que excluye los odios y propicia la felicidad para todos, trabajando todos por lo justo.

Cuando el poder no se comparte, es abuso en acción. Y compartirlo exige transparencia plena de su ejercicio rector.

Cuando la alegría del pueblo no se busca y se nutre la fe colectiva en las instituciones, se abusa de los deberes y de la paz.

Cuando los dirigentes políticos rectoran también los poderíos económicos, el panorama se nubla y el horizonte se oscurece.

Cuando los medios económicos no defienden valores, son solo pasquines de mala muerte.

Colombia tiene nombre y temple de mujer.

Las bellas artes y los deportes, construyen un mejor país. La cultura debe defenderse.

Hay que reconstruir la fe. Hay que debilitar los abusos. La dignidad humana es soporte del orden libertario. La corrupción es un cáncer incurable, que exige extirpaciones dolorosas, o habrá muerte segura de la Patria.

Don ABUSO, debe ser recordado, para que nunca se repita su existencia. El camino es la educación excelsa.

Hay que hacer el acto de constricción, y poner a rodar el propósito de enmienda.

Manos a la obra!!