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EL FANTASMA

Lindsay Frimodt

 

 

¡Cómo pasa el tiempo!, diría mi abuelito Raúl.

Hace 69 años que llegó la televisión a Colombia.

Hasta el 13 de junio de 1954 los domingos de los bogotanos transcurrían entre levantarse temprano, desayunar con changua o chocolate santafereño, que incluía, además, queso y un par de almojábanas.

Un rato después el cachaco ojeaba los periódicos, luego asistía a misa y escuchaba después alguna emisora. El almuerzo era familiar y en la tarde se hacía un recorrido por los parques y se presenciaban las estudiantinas.

Pero ese 13 de junio se revolucionaron las casas. Para ese día quienes invirtieron 350 pesos en la compra de un aparato Siemens invitaron a familiares, vecinos y amigos para presenciar el nuevo espectáculo que ofrecía el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla: la llegada de la televisión a Colombia.

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Desde muy temprano, los padres de familia prendieron los aparatos y armaron una especie de festival. Se suponía que la emisión comenzaría a la una de la tarde, pero por los disturbios que hubo en días anteriores a la inauguración, se fue retrasando.

Sin embargo, una foto de Gustavo Rojas Pinilla se podía ver en aquellos aparatos. Esa fue la primera señal de televisión que hubo en Colombia. La gente pasaba minutos y minutos viendo esa caja para que ocurriera algo distinto de ver el rostro del abuelo de Samuel Moreno Rojas, que en paz descanse.

Pero nada.

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El gobierno planeó para ese día, la inauguración obras en todo el país: avenidas, parques, puentes, escuelas, puestos de salud, mataderos, alcantarillados, postes de energía, canchas de fútbol, plazas de mercado y hasta barrios enteros. Era una celebración por todo lo alto con motivo del primer año de mandato del general Rojas, a quien el caricaturista «Chapete» lo llamaba como «Gurropín».

De vez en cuando alguien gritaba: «Ya va a comenzar la transmisión, se movió la foto».

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El general Rojas había visto en Alemania cómo este medio de comunicación era muy importante para llegarle a las masas. Cuando asumió el poder, encomendó a Fernando Gómez Agudelo implantar la televisión en el país. Sólo tenía un año para lograrlo y un presupuesto de 10 millones de pesos.

Fue tal la carrera que se dieron cuenta que no había camarógrafos ni personal técnico. Entonces, Gómez Agudelo viajó a Cuba y convenció a 25 técnicos del canal 4 de ese país que viajaron a Colombia.

Ese día se entrenaron los estudios en los sótanos de la Biblioteca Nacional, en la calle 25 con carrera quinta de Bogotá.

La antena que originó las primeras señales se montó en el último piso del Hospital Militar y otras repetidoras fueron ubicadas en el Nevado del Ruiz, Gualí en San Gaceno y La Rusia en Boyacá.

Sólo había 1.500 televisores en el país, repartidos en Bogotá y Manizales, pero sólo 400 personas los adquieren para ese día. Eran Siemens.

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Fernando Gómez Agudelo tenía escasos 22 años y se comprometió con una titánica tarea. Viajó a los Estados Unidos, pero fue en Berlín donde se comprometieron con la titánica labor de construir los equipos de transmisión.

El 13 de junio de 1954 la sintonía fue total. Cuando ya los televidentes estaban cansados, a las 7 pm no solo se escucharon las notas del Himno Nacional de la República, sino que el sonido venía acompañado de las imágenes de la Orquesta Sinfónica de Colombia. Acto seguido el General Rojas Pinilla se dirigió al país desde el Palacio de San Carlos, actual Ministerio de Relaciones Exteriores, y declaró oficialmente inaugurada la televisión en Colombia. La señal fue transmitida en Bogotá y sus alrededores por el canal 8 y en Manizales por el canal 10.

Lo demás es historia.