Papa Francisco.
Hernán Alejandro Olano García
En junio de 2023, el papa Francisco ha sido sometido a una intervención de laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis, lo cual ha alertado al mundo acerca de las enfermedades del Pontífice y quien podría eventualmente reemplazarlo durante la incapacidad como a cualquier empleado.
Según la Asociación Española de Cirujanos (2013), la intervención a la cual fue sometido el papa Francisco tiene particular relación con los músculos abdominales, que a su vez tienen varias funciones, entre otras: Soporte estructural de las vísceras abdominales; Control de los cambios de presión intraabdominales coordinados con la respiración y el suelo de la pelvis; Movimientos del tronco y acción postural sobre la columna y posición del centro de gravedad y, colaboración con los cambios de presión en la defecación, micción, tos, etc., muchas de las cuales, ya son recurrentes en personas de la edad del Pontífice.
En mayo, el papa canceló un viernes su agenda por «un estado febril», lo cual también encendió las alarmas del Vaticano.
Hace un par de meses, el 29 de marzo, luego de la Audiencia General en la cual tuve la oportunidad de saludar al Santo Padre, éste fue llevado de urgencia al Hospital Gemelli, donde permaneció, por una infección respiratoria por un resfriado que lo tuvo sonándose más de tres veces durante la jornada y tomando medicamentos, alcanzándole uno de sus ayudantes un vaso con agua sacado de un maletín. Luego de la hospitalización, pudo reintegrarse hasta el sábado en la tarde, luego de visitar a los niños enfermos con cáncer del Hospital, para participar en la misa del Domingo de Ramos, la cual no presidió, aunque sí intervino con una voz bastante afectada que captamos los asistentes a la Plaza de San Pedro.
El 17 de enero de 2022 refirió su dolor de rodilla en una audiencia con los franciscanos y delegados de la Custodia de Tierra Santa, a quienes les dijo: «Disculpen si permanezco sentado, pero hoy me duele la pierna… Me duele, me duele si estoy de pie», y, ese año, canceló un viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, debido a las dolencias musculares, que lo llevaron a cumplir con terapia y reposo para su rodilla derecha, por la inflamación y posterior ruptura de los ligamentos. En malta, por ejemplo, al referir dolor en las dos rodillas, tuvo que utilizar un ascensor para bajar del avión.
Aun utiliza hoy silla de ruedas para algunos desplazamientos, como se alcanza a apreciar en la fotografía.
En 2021, lo operaron de una hemicolectomía izquierda para extirparle parte del colon, 33 centímetros de intestino grueso, ya que venía sufriendo de diverticulitis, es decir, la inflamación del colon.
En 2020, se le comenzó a ver con un bastón, algo natural en octogenarios como Francisco, quien en sus más de diez años de pontificado no había estado alejado del Vaticano, salvo para los exámenes regulares de control con los que cualquier persona responsable debe cumplir.
En 2019, fue ingresado, sin mucha publicidad a la Clínica Pío XI, donde fue operado de cataratas.
En el verano de 2017 el dolor bajo de espalda lo llevó a estar unos días en reposo y, ese año no pudo presidir la Misa de Gallos del 31 de diciembre, precisamente por la ciática.
En 2013, durante su primer viaje internacional a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Francisco dijo que «la peor cosa que me ha venido desde que soy Papa es la ciática».
Antes de llegar al Pontificado, Francisco únicamente tenía dos reportes en su historia médica: Siendo Provincial de la Compañía de Jesús, fue operado para la extracción de la vesícula y, a los 21 años, siendo seminarista, se sometió a la extirpación de tres quistes en el pulmón derecho -algunas personas dicen que le falta el pulmón-, pero, lo que si tiene es una cicatriz que va desde la base del hemitórax hasta su vértice.