Opinión, TOP

«El Panóptico»: SECTARISMO, CAPITALISMO Y PODER

Mutación del capitalismo salvaje 

Jhonny Alexis Lizcano L.

Sectarismo, capitalismo y poder parece ser el nuevo cóctel que alimenta el deterioro estructural de la libertad de prensa en América Latina. Luego de analizar los más recientes datos estadísticos que presentó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en ciudad de México, el pasado 12 de noviembre.

En su versión número 70 de la asamblea general de la SIP, se discutieron como siempre los factores y causales que incitan la inseguridad de los periodistas y el aumento exponencial, de ataques a las instalaciones de los medios de comunicación y sus trabajadores en Latinoamérica, durante lo transcurrido de 2023.

El informe que a su vez midió los niveles de libertad de prensa y expresión en 22 países de las Américas, además de los informes de cada nación respectivamente. Evidenció que Cuba, Venezuela y Nicaragua se encuentran en el estatus «sin libertad de expresión». Como resultado del modelo centralista de poder estatal, que caracteriza el sistema de gobierno de dichas naciones.

Entre tanto Honduras, El Salvador, Bolivia y Guatemala, sobresalen en la lista de países con alta restricción a la libertad de prensa. Como expresión del modelo económico y político neoliberal, que impera oficialmente en dichas naciones.

De igual manera el índice Chapultepec, que fue presentado como una metodología exploratoria y descriptiva en la asamblea de la SIP. Permitió hacer un llamado de alerta en relación a la percepción que se tiene en 22 países de Latinoamérica, sobre las políticas comunicacionales, las leyes y los estatutos judiciales que en su conjunto, afectan los derechos a la libertad de expresión y comunicación. Además de las garantías mínimas hacia la prensa independiente y a los medios alternativos de comunicación emergentes de las TIC. Como pilares de todo sistema democrático.

En ese sentido, el instrumento de rastreo permitió medir 100 variables de violación a las libertades de prensa y expresión. En cuyo lapso comprendido entre el 2 de agosto de 2022 y el 1 de agosto de 2023, se recogieron datos que revelaron que en el caso de Colombia, sus indicadores la ubicaron en la categoría de «restricción de libertad de expresión», con un 52.3 puntos. Seguida por Paraguay con un 51.63, Argentina 51.34, Perú 50.69, Brasil  48.41 y México con 41.82.

Lo anterior pone en evidencia, al menos para el caso colombiano, que la atomización y el radicalismo político que vive actualmente el país, está limitando con más severidad la objetividad y la transparencia del periodismo. Y con ello, la vulnerabilidad también de la democracia. Pues cada vez nos estamos acostumbrando con cierta pasividad, al consumo de información falsa o engañosa. No solo en las redes sociales, sino también en los denominados medios de comunicación tradicionales. Tanto en radio, prensa y televisión.

Pero lo más preocupante es que el denominado cóctel de: sectarismo, capitalismo y poder, está presente no solo en la agenda mediática colombiana. Sino también en los  espacios públicos de opinión popular. Y en cada rincón o círculo donde transitamos. Ya sea en la urbe o en la periferia.