Lázaro David Najarro Pujol
Cayo Sabinal, un sitio muy apacible del norte de la provincia cubana de Camagüey sorprende por la belleza natural de sus hermosas playas vírgenes y sus más de 30 humedales, entre temporales y permanentes. Tiene una extensión de 335 kilómetros cuadrados y se encuentra muy próximo y al Oeste de la bahía de Nuevitas, al este de Cayo Guajaba y la Bahía de Gloria. Muy cercano también a la Playa de Santa Lucía, principal destino de la provincia agramontina.
Bañado por las aguas del océano Atlántico, en los mares de ese maravilloso paraje de la geografía caribeña se pueden observar disímiles embarcaciones que navegan por el canal viejo de Las Bahamas o el canal de Carabelas.
También suele llamársele «Isla de Sabinal » y está separada de tierra firme por esteros, bahías y ensenadas. Debe su nombre a la sabina, una especie de sándalo o enebro que crece en ese lugar. Desde las hermosas playas de ese cayo, perteneciente al archipiélago Jardines del Rey, se puede emprender una excusión marítima hasta el Faro Colón, que deviene, desde`1847, punto de guía para los navíos que navegan por el Canal de Bahamas.
Desde el aire se distingue un paraíso de cayos y cayuelos generalmente llano y de forma irregular, compuesto por ciénagas y lagunazos. Por esos mares solía navegar, con su yate Pilar, el prestigioso escritor estadounidense Ernest Hemingway. Junto a otros islotes de los Jardines del Rey, la península de Sabinal es escenario de la novela Islas en el Golfo. A pocas millas de allí el también autor del Viejo y el Mar solía lanzar anclas en la Punta de Maternillos.
Aunque existe evidencia de la presencia del Fuerte de San Hilario, que se utilizó como torreón y cuarteles para la tropa y la artillería españolas. Según los investigadores su castillo sirvió de prisión de la Clase Militar desde 1831, fecha en que se edificó.
Enciclopedia cubana recoge que el islote está lleno de « leyendas de corsarios y piratas que habitaban la zona durante sus aventuras de saqueos y contrabando, es por eso que en 1831 se erigió el Fuerte, que sirvió como torreón y cuartel de la tropa y artillería española encargada de proteger la cayería Sabana– Camagüey.
San Hilario «…fue escenario de la única sublevación carlista de Cuba. Emplazado en la mayor altura de Sabinal, el Fortín, aún se halla en pie, siendo otra de sus atracciones turísticas.
» En 1847 instalan en la Punta de Maternillos el Faro Colón, punto de observación desde el cual se tenía dominio del Antiguo Canal de Bahamas, imprescindible para alertar al Capitán del Puerto de Nuevitas y a San Hilario sobre cualquier ataque o anomalía. El Faro, aún activo, es uno de los más antiguos de Cuba.
» Producto de las muchas batallas navales perpetradas en la zona abundan en las profundidades de sus mares importantes barcos hundidos ️como el Nuestra Señora de Alta Gracia, el Mortera y el Pizarro; constituyendo verdaderos tesoros sumergidos.
»Fue también en Sabinal donde el Premio Novel, Ernest Hemingway, participó personalmente en la búsqueda y caza de submarinos alemanes durante la II Guerra Mundial, además de adorar sus aguas por la riqueza para la pesca a bordo de su yate Pilar. »
La vegetación del cayo está compuesta por árboles de atejes, llanas, la sabina, el sabicú, el roble, el ácana, la yaya, jiquí, cedro y el guayacán (propia de este tipo de ecosistema, adaptada a soportar las condiciones de fuerte sol). Asombrosamente, se pueden cultivar yuca, caña de azúcar, el tabaco, maíz, plátano, melón y calabaza.
A decir de la investigadora Idanis Pedroso Borrero existen «… diferentes tipos de bosques, los que en su totalidad llegan a ocupar el 60% del área de los cayos. La gran variedad de habitats existentes condiciona una amplia diversidad de la flora y la fauna, que alberga un alto nivel de endemismo, lo cual coloca a la zona entre las más ricas en biodiversidad de Cuba y el Caribe ».
Cayo Sabinal, tercero en extensión de Cuba y una de las zonas de playas más hermosas del norte de la provincia de Camagüey, posee una fauna privilegiada en la que conviven armoniosamente jutías, jicoteas, venados, cerdos, bovinos silvestres, y el tocororo, ave nacional cubana. De igual forma cientos de patos de varias especies emigran, durante el invierno para reproducirse en las lagunas de ese extraordinario entorno todavía virgen del Caribe.