Santiago de Cali, sede de la COP16
Bernardo Ordóñez Sánchez
La «XVI Conferencia de las Partes» de la ONU sobre Diversidad Biológica (COP16), que inicia hoy lunes el 21 de octubre en Cali, es una oportunidad clave para Colombia en términos políticos y de desarrollo sostenible. Este evento no solo refuerza la agenda ambiental del país, sino que también permite destacar sus políticas de conservación y sostenibilidad en el contexto de la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad.
El presidente Gustavo Petro aprovechará la COP16 para fortalecer su imagen como líder comprometido con el medio ambiente. Promoverá políticas de reforestación y la protección de áreas naturales, buscando establecer alianzas estratégicas para la conservación de la Amazonía, fundamental para el bienestar ambiental de Colombia y del mundo.
Un desafío importante para el presidente es conectar la justicia social con las políticas ambientales. Destacar cómo la lucha contra el cambio climático puede beneficiar a comunidades vulnerables, como campesinos, indígenas y afrodescendientes, recuperar apoyo en sectores marginados y a consolidar una imagen de unidad nacional en torno al cambio climático un problema que nos afecta a todos.
La oposición también reconocerá la relevancia de la COP16, exigiendo resultados concretos en áreas como la reducción de la deforestación y la transición energética. Este apoyo crítico puede ser beneficioso, pero también plantea un reto: garantizar que las promesas se traduzcan en acciones efectivas.
La conferencia brinda la oportunidad de posicionar a Colombia como un líder ambiental global. Sin embargo, es esencial que el financiamiento ofrecido por países desarrollados no conlleve condiciones que limiten la soberanía del país o afecten su desarrollo económico. La imposición de políticas externas podría generar tensiones, especialmente si se restringe la explotación de recursos naturales sin ofrecer alternativas económicas viables, afectando negativamente el crecimiento y el empleo.
La unidad del país será puesta a prueba en este evento global. A pesar de las diferencias políticas, la crisis climática es un asunto que concierne a todos. El apoyo de los estamentos no solo políticos y económicos, también, la solidaridad de la población, envía un mensaje claro de compromiso con la sostenibilidad y asegurar que las decisiones tomadas sean vistas como un asunto de Estado, más allá de la política partidista.
La COP16 es un momento crucial para que Colombia no solo se posicione en el ámbito internacional, sino que también fortalezca su compromiso interno con la conservación y la justicia social. A través de un discurso unificado y acciones concretas, el país puede demostrar su liderazgo en la lucha por un futuro sostenible.
Para Cali, es una oportunidad para renacer ese fervor y espíritu cívico que ha caracterizado la ciudad y que últimamente se ha perdido. Así como los juegos Panamericanos de 1971 transformaron la ciudad en términos de infraestructura y cultura cívica. La COP16 –Paz con la naturaleza- tiene el potencial de posicionarse como modelo de sostenibilidad urbana, generar conciencia ambiental, modernizar infraestructuras verdes y fomentar una economía más alineada con la conservación y el turismo sostenible que beneficia por igual al suroccidente en su conjunto.