El Porce
Aunque pretendan olvidarlo, el gran propiciador de Petro a la presidencia fue el desastroso gobierno de Iván Duque.
La ineptitud para no darse cuenta de las equivocaciones provocadoras de Carrasquilla ,su ministro de Hacienda, aupándolo para imponer una reforma tributaria que llevó al estallido social a la Primera Línea y al ascenso de Petro, quedaron consignadas en la historia.
Ahora, para que demostremos que ni los presidentes aprenden de las equivocaciones ajenas, el ministro Bonilla está punto de convertirse en el Carrasquilla del gobierno Petro.
Su insistencia en conseguir como sea la plata que los robagallinas despilfarran o se llevan, puede terminar haciendo estallar el volcán de fastidios que el mal gobierno ha ido construyendo.
La idea, hecha pública con ese habladito de mosquita muerta del ministro Bonilla, de una nueva reforma tributaria y de subir al 5 por mil el impuesto a todas las transacciones bancarias, es igual de provocadora que la cacareada pero no aclarada intención de cambiarnos un porcentaje de nuestros ahorros por un bono chimbo metiéndonos en un corralito .
Pero mucho más rotunda, peligrosa y avizora de negras tempestades, es la idea de enfrentar a la economía del país y al orden público en las carreteras anunciando tres alzas seguidas de 2.000 pesos cada una al ACPM.
Imitando a Carrasquilla, el señor Bonilla va a torear el avispero y si el gobierno no ha podido con sus frenéticos partidarios del Cauca que cierran intermitentemente la vía de Cali a Pasto, menos que va a poder enfrentar a los camioneros convertidos en sus enemigos y a las amas de casa que verán subir los alimentos por las nubes, si es que los consiguen.
Seremos millones de colombianos enardecidos cuando los cierres de carreteras con tractomulas derrumben la imagen presidencial y los camiones parados que tumbaron a Allende nos hagan revivir el fantasma de las trincheras de la Primera Línea o el de la guerra civil a donde Bonilla, el Carrasquilla de Petro ,nos está llevando.