Los médicos recomiendan el no uso de los copitos. Gardeazabal por el contrario indica que es laopiniòn de un otorrino desfasado.
El Porce
El presidente Petro ha puesto a su protegida Susanita, la ministra del Medio Ambiente, a que nos prohíba desde el 7 de julio que nos limpiemos los oídos con los tradicionales copitos de algodón que nos ayuda a sacarnos la cera que se acumula oreja adentro.
Seguramente lo hacen porque algún otorrino desfasado que trata al presidente y a su ministra les dijo que eso no es conveniente o de pronto porque la batalla contra los plásticos de un solo uso requiere de un apoyo tan monumental o tan estúpido como el que le dimos a la transición energética universal prohibiendo explorar gas y petróleo.
Quizás, pero nos deja pensando en si cuando decretaron esa medida draconiana tuvieron en cuenta los inconvenientes que le van a generar a los 50 millones de colombianos.
Pensemos no más en la encartada que nos vamos a pegar cuando lleguemos al supermercado y ya no haya chuspas plásticas para echar los tomates o los lulos o la cebollas cabezonas y tengamos que echarlas sueltas todas en la canastilla y sacarlas de una a una en la caja.
¿Cuán largas irán a ser las colas y cuán frecuentes los insultos para las cajeras del supermercado por la demora en contabilizar cebolla tras cebolla? Y, ¿ cómo van a hacer los de la carnicería de la esquina del barrio si ya no pueden enchuspar en bolsa plástica el kilo de carne y el chicharrón del almuerzo que les compra el ama de casa para salir del apuro ?
Parecería que Petro y Susanita nos quieren hacer volver a las épocas en que se empacaba la carne en hojas de plátano y se usaban las güambías de cabuya tejida. O de pronto lo que el inefable gobierno quiere es que todos lleguemos a los supermercados con mochilas arhuacas para echar ahí, temporalmente mientras vamos de la góndola al cajero, las frutas y las verduras y así les aumentemos el ingreso a los habitantes de la Sierra Nevada.
No hay duda,Susanita y Petro pasarán a la historia risible de este país de ciudadanos con los oídos taponados.