En una conmovedora y sincera entrevista con Alejandro Chabán para el Chabán Podcast, el cantante colombiano Charlie Zaa habló por primera vez sin filtros sobre las difíciles batallas que ha enfrentado a lo largo de su vida.
En esta conversación, Charlie Zaa abrió su corazón y compartió aspectos profundos y personales, destacando la importancia de la vulnerabilidad y los aprendizajes que esta trae consigo.
La historia la ha contado varias veces tratando de cambiar todos sus yerros en el pasado.
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Lo cierto es que Carlos Alberto Sánchez Ramírez era un joven cantante de Girardot, hijo de un cantante y guitarrista de serenatas, “Pintuco”, excelente persona. Él le enseñó a cantar boleros y tonadas de los años cincuenta.
Carlos conoció a Jairo Varela y él lo llevó a cantar salsa, después se fue para Guayacán donde grabó unas cuantas canciones que medio sonaron.
Lo convenció Jorge Ramírez –el productor de Alquimia—para ser el cantante del grupo, pero con Hugo Gutiérrez determinaron hacer una producción de baladas y valses que interpretó Julio Jaramillo.
El éxito no se hizo esperar y entonces esas canciones se volvieron himnos desde México hasta Chile.
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Vino la fama para un muchacho que comenzó a hacer del espectáculo su sitio para considerarse el rey de la canción, insultaba a uno, gritaba a otro, había escándalos en su casa y un día dijo que él cantaba mejor que Julio Jaramillo.
Después vinieron toda clase de excesos.
Sufrió una intensa combinación de depresión, ansiedad y ataques de pánico. Pasó encerrado entre seis y ocho meses en su habitación, sumido en la oscuridad, sin poder salir.
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Este episodio marcó un antes y un después en su vida, y lo llevó a reflexionar sobre el impacto del éxito y el reconocimiento en su bienestar emocional.
“Cuando viene a mi vida el éxito, viene a mi vida el reconocimiento, viene a mi vida un aplauso, un abrazo por parte de una persona, yo digo: Esto que es, todo esto lo provoco yo. Todo esto lo genero yo, Wow, qué grande soy”, comentó el artista durante la entrevista.
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Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que ese entorno lleno de aplausos y halagos no siempre era saludable.
El cantante también habló sobre su lucha con el alcoholismo, describiendo cómo intentaba dejar de beber durante dos o tres meses, pero al recaer, lo hacía con mayor intensidad. Esta problemática, explicó, tiene sus raíces en una infancia difícil, marcada por la falta de afecto y el maltrato que presenció en su hogar.
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Charlie Zaa también reflexionó sobre la soledad y el vacío que traen consigo los excesos, y cómo, al caer en la «carrera de ratas», se dio cuenta de que nada funcionaba, y que el amor y el apoyo de la gente comenzaba a desvanecerse.
En el año 2000, el cantante confesó que llegó a un punto de descontrol total, cayendo en el alcohol y relaciones extramatrimoniales, sumido en un ciclo autodestructivo.
Ya pocos lo recuerdan. Las emisoras dejaron de sonar sus canciones y hace rato que no ofrece un espectáculo.
Dura la vida de este ídolo.