Bernardo Ordóñez Sánchez
El departamento del Cauca está en una guerra, es el territorio más afectado por el conflicto armado. Operan seis frentes guerrilleros comunicados entre ellos, repartidos en las siete regiones del territorio departamental. Adicionalmente el ELN, en disputa con otros grupos de bandas delincuenciales, incursiona por todo el territorio, rural y urbano.
El gobierno Petro anunció la implementación de una política pública de Paz Total. Inicialmente hubo un diálogo entre todos los actores armados. El gobierno llevó a las Mesas de diálogo y negociación tanto con el ELN como las FARC ceses al fuego, inició los diálogos de paz que más adelante fracasaron, al menos en el suroccidente del país.
En las conversaciones iniciales se pactó construir conjuntamente un plan de transformación territorial del Cañón del Micay, conformado por los municipios de El Tambo, López de Micay y Argelia. El desconocimiento por parte de los representantes y funcionarios del gobierno que estaban en la negociación condujo a la desconfianza, como también el asesinato de una líder social de Toribio, llevó a la suspensión de conversaciones y del cese bilateral del fuego en el Cauca, Valle del Cauca y Nariño. Razón por la cual la guerra se ha intensificado, y hay ataques a las poblaciones diariamente en los tres departamentos, ataques a estaciones de policía y combates con la fuerza pública.
Fue así como en el Cauca esas conversaciones de la Paz Total se descompuso, y los más de tres mil subversivos de los diferentes frentes de esa guerrilla de las farc, se encuentran en guerra, afectando a la población civil, sembrando la zozobra, afectando la economía agrícola, comercial, productividad y tranquilidad de la región.
Hoy el departamento del Cauca tiene doce mil miembros de la fuerza pública acantonados en todo el departamento, porque la guerra se ha intensificado.
En realidad no es de conocimiento público lo propuesto inicialmente cual es la transformación del Cañón del Micay, objeto de la negociación, pero son varias las causas de esos conflictos que en el Cauca lleva setenta años. Algunos señalados son los cultivos de coca y marihuana, el comercio de minería ilegal, la pobreza extrema de la población, la falta de tierra, el desplazamiento forzado por parte de la violencia consecuencia de conseguir territorio por parte de grupos armados que quieren la tierra, el desempleo, la falta de oportunidades que ha desplazado la población, la corrupción, y el asesinato de líderes sociales, estas y otras son la causa de esta situación.
El Cauca que ha tomado la mirada nacional a este territorio por el recrudecimiento violento de la situación, ha deteriorado la credibilidad de la paz total del gobierno, de tal manera, se debe revisar por parte del gobierno nacional con mayor cuidado el estado en que se encuentra este millón trescientas mil personas, sumados al sur del vecino Valle del Cauca, el norte y costa de Nariño y demostrar una rápida y verdadera disposición de diálogo así como lo tiene en otros lugares del país también con conflictos pero hoy con ceses de hostilidades.
No es solución incrementar la guerra que diariamente soporta la población, y tener que ver en todo el país las imágenes como las que nos llegan de Ucrania, de unas gentes que huyen y abandonan sus pertenencias. Lo que hace necesario por parte de los caucanos es llamar al gobierno nacional a parar esta violencia, al contrario de más guerra es reanudar el diálogo y concertar con liderazgo.