Kamala Harris y Donald Trump se enfrentan en las urnas.
Bernardo Ordoñez Sánchez
En las elecciones de 2024 en Estados Unidos, que culminan este martes 5 de noviembre, se está experimentando una transformación significativa en sus estrategias de campañas electorales. La utilización de nuevas tecnología y plataformas digitales en las redes sociales. Este articulo examina las tácticas innovadoras que están definiendo la campaña electoral y como están cambiando el panorama político.
Uno de los aspectos más destacados de la campanas de 2024 es el uso intensivo de influencers y redes sociales. Los candidatos, especialmente los demócratas, comenzaron a integrar a creadores de contenido en sus estrategias de comunicación. Por su parte el Partido Republicano, continúo además de la tecnología, en convocar a eventos masivos, e inscribir nuevos miembros de su partido en Estados bisagra para obtener el resultado de mayores delegados.
Esta tendencia responde a la necesidad de atraer a votantes jóvenes y diversos, construir una imagen más accesible y autentica. Los influencers, al tener una conexión personal con sus seguidores, logran transmitir mensajes políticos de manera más efectiva, lo que se traduce en un aumento en la participación y el compromiso del electorado.
La autenticidad se ha convertido en un elemento central en las campañas. Los candidatos están optando por compartir aspectos más personales de sus vidas cotidianas y experiencias, en lugar de discursos formales y guiones preparados, este enfoque no solo humaniza a los candidatos, también le permite establecer una relación más cercana con los votantes, Por ejemplo, videos cortos en plataforma de TikTok e Instagram se utilizan para comunicar mensajes de manera divertida y directa, facilitando así una mayor integración con la audiencia.
Otro aspecto notable es el uso de inteligencia artificial y análisis de datos, en esto último los ingenieros especializados en AD, están dando la línea para micro segmentar la audiencia y el mensaje, buscando el electorado joven, no solamente con más conocimiento de lo que quieren escuchar, también de cómo llegar a convencer. Con base a esta información las campañas invirtieron en tecnología que permite monitorear en tiempo real las reacciones del público a los mensajes y anuncios. Esto no solo ayuda a personalizar los contenidos, sino que también permitieron a los equipos adaptar sus estrategias sobre la marcha, asegurando que los mensajes resuenen con los votantes en diferentes momentos del ciclo electoral.
Sin embargo, a pesar de las innovaciones, las campañas de 2024 también enfrentan situaciones particulares. La polarización política sigue siendo una característica predominante, y los candidatos deben navegar cuidadosamente para evitar alienar a ciertos segmentos del electorado. La difusión de desinformación en las redes sociales es una constante para desvirtuar los mensajes y perjudicar la credibilidad de los candidatos, sumado a esto, los ataques personales de cada lado que en muchos casos tocan la intimidad, los agravios y hasta mentiras. En este contexto, los esfuerzos por mantener la transparencia y combatir las noticias falsas ha sido un costo en tiempo e inversión en dinero bastante alto para contrarrestar.
Lo que ha pasado en esta contienda presidencial en Estados Unidos representa un punto de inflexión en la estrategia política, con los usos de influencers, la inteligencia artificial, el análisis de datos y un enfoque en la autenticidad, los candidatos adaptaron sus campañas a las demandas de un electorado moderno. A medida que los electores se convierten en consumidores activos de contenido político, la forma en que los mensajes son elaborados y transmitidos tendrá un impacto en los resultados electorales.
Las colaboraciones de figuras influyentes han dado un impulso a la credibilidad de los mensajes, especialmente a los más jóvenes, adaptándolas a plataformas específicas, con mensajes personalizados, fruto del análisis de datos, con formatos que mejor se adapten a cada una.
En este 2024 se ha implementado enfoques novedosos en relación con la imagen y el mensaje de los candidatos, destacando la importancia en la informalidad y la conexión emocional con los votantes. Para destacar contenido visual atractivo, memes que son fácilmente compartibles y que captaron la atención rápidamente, videos cortos, narrativas centradas en historias personales, anécdotas para emociones. Ayudando a humanizar los candidatos y crear conexión más profunda con los problemas que enfrentan los ciudadanos.
A pesar de los avances tecnológicos y de conectar directamente con el electorado, las campañas se centraron en desacreditar al oponente en lugar de ofrecer programas de gobierno detallados.
Esto es preocupante, conlleva a que temas tan importantes, por parte del Partido Republicano, cuyas propuestas; en Economía reducción de impuestos; la Independencia Energética; Educación, promover más opciones privadas y subvencionadas; Relaciones Internacionales, apuesta más dura frente a China y Rusia; en Salud darle más poder al sector privado y a los estados en su administración; Seguridad Fronteriza e Inmigración, reforzar la seguridad en la frontera.
En el Partido Demócrata: La reducción de la desigualdad de ingresos, Cambio Climático y Energías Limpias; la expansión la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), Derecho al Aborto y atención medica reproductiva; aumento a la inversión en Educación Pública gratuita; la Inmigración que incluya ciudadanía para inmigrantes y leyes más estrictas para regular la compra y posesión de armas de fuego; apoyan el fortalecimiento de alianzas internacionales en la OTAN y Asia; aunque coinciden en posición fuerte frente a los adversarios; La Justicia Racial y reforma policial.
Han sido relegadas a un segundo plano mientras se polarizan los conflictos personales entre los candidatos, situación que puede desalentar la participación y llevar a una erosión del dialogo público, en el cual los ciudadanos podrían evaluar opciones más reales para escoger.