Independiente a la frustración que como colombianos nos produjo la Copa América de Futbol. Frente al anhelo, sueño y deseo de ver a nuestra tricolor vestirse de campeona y levantar su segundo título continental. Queda este hecho sin duda en un segundo plano. Pues los acontecimientos que caracterizaron ha dicho evento deportivo, revelaron que el deporte y en particular el futbol, desde hace mucho tiempo son la expresión de un juego de poder económico y político. A favor de quien reproduzca el mayor flujo de capital e impacto comercial.
La Copa América de Futbol ya estaba definida. Y con anticipación ya podíamos vaticinar al revisar la distribución de los grupos, el cruce de los encuentros y el cronograma. Quién tenía la ruta expedita para alcanzar el triunfo y la gloria. Durante el desarrollo de los encuentros o disputas, fue reiterativo el reclamo por jugadores, directores técnicos y algunos medios de comunicación, por los malos arbitrajes. O sencillamente el evidente desequilibrio en la aplicación de las normas, la omisión de faltas, el recorte o aumento de tiempo indebido e intervención del VAR.
Sumado a lo anterior y descaradamente, la final se programó en la ciudad de Miami. Casualmente la casa del club de futbol, que alberga a la figura “Mesiánica del Marketing Mundial del Futbol”.
No en vano se logró en solo asistencia a los estadios, una cifra cercana a los 300 Millones de Dólares. En donde alrededor 1 millón 571 mil personas, se hicieron presentes en las tribunas y en los escenarios deportivos.
Además la Copa América USA 2024, se caracterizó por inclinar estrepitosamente su balanza hacia la renta económica y el capitalismo salvaje. Los precios de las entradas fueron descomunales, casi con un mil por ciento de aumento a los precios convencionales. La comida y la alimentación que se comercializaba al interior de los estadios eran costosísimas. Los estacionamientos de los vehículos valían alrededor de 60 dólares. Sin mencionar los derechos de pauta comercial y de trasmisión en las diferentes plataformas de comunicación privadas y/o digitales.
Pero pese al triunfo y al éxito comercial que logró la Copa América USA 2024. En términos de renta e ingreso a merced y beneficio de su divino campeón.
También produjo como efecto colateral a manera de bumerán, una hecatombe de críticas por su irresponsable o negligente administración logística y de seguridad.
Su voz protagónica y autorizada estuvo representada en el Director Técnico de Uruguay, el argentino Marcelo Bielsa. Quien cuestionó públicamente el mal estado de las canchas, los hospedajes en los hoteles, la alimentación y la organización de los espacios deportivos para la concentración y el entrenamiento de los futbolistas.
Incluyendo el bochornoso incidente de seguridad que se presentó el 14 de julio en la final, entre Argentina y Colombia. Con un retraso de 1 hora y 15 minutos, como resultado del ingreso de casi 2.000 hinchas que entraron a la fuerza al Hard Rock Stadium de Miami. Ocasionando disturbios, actos vandálicos y daños materiales o físicos al escenario deportivo. En el que también para colmo, resultó detenido por las autoridades el presidente de la Federación Colombiana de Futbol, Ramón Jesurún.
Y no suficiente con lo anterior. Nos tocó en la final en el entretiempo, aguantarnos la facturación por más de 25 minutos de Shakira.
Bochornoso y descarado ya se volvieron todos eventos deportivos, donde lo que menos se valora es el talento y la calidad deportiva de los jugadores. En esta copa específicamente se movio entorno de un personaje, que a mi parecer no merece tanta ovasion, teniendo en cuenta que hay deportistas de calidad superior . Estos torneos solo son acomodados por intereses económicos, nada más los demás no importa.
Ilusión y desilusión, fueron unos días de alegría al ver los futbolistas colombianos tener un muy buen desempeño, satisfacción de ver renacer a un James Rodríguez con su juego y entrega en la cancha , lleno de expectativas e ilusiones a nuestra nación. Pero… como estamos en un mundo movido por la codicia,avaricia ,corrupcion y amor desmedido al dinero y poder , vivimos,vimos y experimentamos el abuso económico, normas arbitrarias y como nos robaban de frente al mundo un juego de justa competencia.
Pero no podemos desconocer y sentirnos apenados por la forma de actuar de nuestros compatriotas, entrando como salvajes , delincuentes sin medir consecuencias y riesgos. Y darnos cuenta tristemente que nuestra actual sociedad actúa como carentes de razón y sentido común, que los dueños de las economías y el entretenimiento nos usan para hacerse cada vez más ricos y que nosotros dejamos que lo hagan pagando los costos desorbitados que desean poner . El mundo con tanta carencia, tanta necesidad y otros botan el dinero a las arcas de quienes más tienen , ahí sino se exige precios justos y módicos sino que pagan lo que sea por vivir el instante, no digo que no lo hagan PERO POR FAVOR NO DEJEMOS QUE NOS UTILICEN!!