Los presidentes latinoamericanos, como el brasileño Lula da Silva, el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro o el cubano Miguel Díaz-Canel; así como la primera dama estadounidense, Jill Biden, o el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, entre otros.
La progresista Claudia Sheinbaum es ya la nueva presidenta de México, tras asumir el cargo este martes en una ceremonia celebrada en el Palacio Legislativo de San Lázaro, en la capital mexicana. Física de 62 años especializada en medio ambiente, esta académica es la primera mujer que ocupa la presidencia y sustituye al también izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Con el 59,70% de los votos, Sheinbaum arrasó en las elecciones del pasado 2 de junio, logrando así otros seis años en el poder para el Movimiento de Regeneración Democrática (Morena), el partido fundado por López Obrador, que deja el poder con una popularidad de entre el 68% y el 80%, según distintas mediciones.
Aunque el ya expresidente ha prometido retirarse a su rancho de Tabasco, la capacidad de su sucesora de construir una agenda propia desligándose de la sombra de su mentor marcará su sexenio.
Exalcaldesa de Ciudad de México (2018-2023), Sheinbaum ganó las elecciones con un programa de cien compromisos, entre los que destacan mejoras en las áreas de salud, trabajo o vivienda, como universalizar a la práctica el derecho a la asistencia sanitaria, aumentar el salario mínimo -dando estabilidad especialmente a maestros y policías- o la construcción de medio millón de viviendas sociales, además de mantener los subsidios a los más pobres.
La nueva mandataria tendrá que hacer frente también a problemas que ya se han convertido en endémicos en México, principalmente el narcotráfico, que ha logrado infiltrar las fuerzas de seguridad del país y que actualmente vive una guerra interna en el cártel de Sinaloa por hacerse con el control de la organización.