Somos subcampeones de la copa América, no solo por tener un equipo excepcional y, aunque este hecho es el más importante, que por lo tanto debe destacarse y exaltarse, fue el factor determinante para lograrlo, pero influyó también de manera decisiva que todos los colombianos en nuestro territorio y en el exterior, estuvimos monolíticamente unidos en torno de la selección.

Y así debiéramos estar siempre en la concreción y realización de grandes metas, superando criterios y pareceres diversos que deben ceder y pasar a ser secundarios cuando se trata de propósitos y metas superiores de interés nacional.

Abundan nuestras potencialidades humanas y naturales, en buena parte dilapidadas por la permanente confrontación, corrupción, guerra y falta de oportunidades, por solo mencionar unas pocas de nuestras falencias, siendo ello una causa principal de muchos de nuestros desperdicios, propiciados, por ejemplo, por la migración que nos priva de muchos de nuestros talentos, algunos aprovechados en el exterior.

Y qué no decir de nuestros inmensos recursos naturales. No más estamos rodeados por dos océanos, contamos con el mayor páramo del mundo, somos el segundo país más biodiverso, entre tantas riquezas naturales, muchas despilfarradas sobre todo por la guerra, la corrupción y la falta de Estado real en buena parte del territorio.

Pocos son los factores que de manera real nos unen -el balompié es el principal-, por no crear las condiciones necesarias de entendimiento y, por ello, a diario y durante buena parte de nuestra vida republicana, la mayor desgracia, entre tantas que hemos vivido, es el desprecio por la vida, matándonos.

Si en este torneo, hemos perdido solo con el campeón mundial y campeón de América, podemos aspirar a ser campeones mundiales, si actuamos con esa mentalidad, tarea que debemos emprender desde ya, aprovechando el empuje, arrojo y valor de esta incomparable selección.

Como el país, la selección es diversa. La gran diferencia radica en que en la selección la diversidad está unida.

En la Copa América tenemos tres finales: un título y dos subtítulos; tuvimos 28 partidos invictos y, sin exageración, reitero, debemos prepararnos desde ya para ser campeones en el próximo mundial. Ya en el mundial de Brasil tuvimos una excelente presentación, luego de la cual recibimos a la selección apoteósicamente, y lo mismo debemos hacer ahora.

Soy de izquierda -socialdemócrata-. De izquierda seria, responsable y positiva y, desde otro ángulo, y mejor que el mío, es la izquierda de James, arma fundamental de la selección en los cobros de tiros de esquina y faltas y, también desde otra perspectiva, debiera ser la izquierda en el Gobierno, para que algunas de las tantas reformas de fondo que requiere el país, aplazadas por generaciones, se hicieran realidad, uniendo a toda Colombia, o a buena parte de ella, como lo ha hecho la selección de manera ejemplar, mostrando que es una verdadera y eficaz familia. Ojalá entendamos el reto que nos dejan planteado.