Parque Nacional Valle de Viñales
Texto y fotos
Lázaro David Najarro Pujol
Pinar del Río, Cuba.–
Los paisajes del Parque Nacional Valle de Viñales declarados por la UNESCO Paisaje Cultural de la Humanidad desde 1999 (un paisaje exclusivo enclavado en la Sierra de los Órganos) convierten a Pinar del Río, Cuba, en una excepcionalidad en el mundo.
El Valle se encuentra ubicado en la Sierra de los Órganos, exactamente en el grupo montañoso de la Cordillera de Guaniguanico, el cual, junto a una parte de la sierra que lo rodea, fue declarado en 1999 como Parque Nacional y, en diciembre de ese mismo año, fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de Paisaje Cultural. Posee además la condición de Monumento Nacional.
Según la enciclopedia cubana «es una de las áreas más conocidas y atractivas de Cuba, presenta un escenario excepcional, que, entre otras, lo caracteriza la fusión de su espectacular belleza natural, conservación del medio ambiente, la armónica acción del hombre en el cultivo de frutos menores, forraje y esencialmente el cultivo del tabaco, cuyos métodos tradicionales de cultivo y producción, logran el reconocimiento universal del habano como uno de los de mejor calidad del mundo».
Añade la publicación que «también existen en el Valle construcciones con patrones indígenas como la llamada casa de tabaco, el conocido vara en tierra y el típico bohío cubano que al integrarse a sus valores naturales».
Completan el paraje, los mogotes, donde resaltan el contraste entre el rojo de los suelos y el verde de los cultivos. El bello paisaje distingue por su valor estético y socio- cultural excepcional.
En el Valle de Viñales «se evidencia su actividad social vinculada al modo de vida con un proceso evolutivo y al mismo tiempo, muestra significativas evidencias materiales de esta evolución en el tiempo. Existen instalaciones turísticas, carreteras para el recorrido por el lugar, miradores y un centro espeleológico nacional».
En sentido general, en la Isla se perciben enormes esfuerzos, evidente voluntad política y la continuidad y persistencia en la ejecución de los proyectos, en medio de difíciles condiciones económicas para preservar el patrimonio.
Además, la presencia, en el país, de nueve de las 20 áreas del Caribe a las cuales el citado organismo ha conferido la categoría de Patrimonio de la Humanidad en las esferas de la cultura o la naturaleza, es muestra de esa voluntad política.
Realmente en la Perla del Caribe, sus habitantes sienten un infinito orgullo por su historia, identidad y patrimonio.