El proceso cuenta con el acompañamiento de un delegado de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y funcionarios del Gobierno Nacional, lo que subraya la intención de acogerse a la iniciativa de paz del presidente Gustavo Petro.
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Primicia Diario
Los cabecillas de las dos estructuras criminales más poderosas y violentas de Barranquilla y el Atlántico, ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’, firmaron un nuevo acuerdo para extender su cese de hostilidades hasta el 20 de enero de 2026. La tregua, gestada desde la cárcel La Picota de Bogotá, representa un paso clave en el marco de la política de «Paz Urbana» del Gobierno Nacional.
Acuerdo y los Firmantes
El pacto inicial de cese de actividades ilícitas, que había estado vigente hasta el 30 de septiembre y había mostrado resultados preliminares positivos, fue ratificado y extendido por los máximos líderes de ambas bandas.
El acuerdo fue suscrito por Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias ‘Castor’ (máximo líder de ‘Los Costeños’) y Digno Palomino (cabecilla de ‘Los Pepes’).
El proceso cuenta con el acompañamiento de un delegado de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y funcionarios del Gobierno Nacional, lo que subraya la intención de acogerse a la iniciativa de paz del presidente Gustavo Petro.
La nueva etapa de la tregua tendrá una duración de tres meses y medio, extendiéndose hasta el 20 de enero de 2026.
Compromisos Adquiridos
El documento firmado recoge la voluntad de las bandas de «contribuir a la recuperación de la convivencia pacífica» en Barranquilla. Los compromisos centrales buscan reducir significativamente la violencia asociada a la disputa territorial.
Se comprometen a mantener una tregua temporal en homicidios, extorsiones, hurtos y demás actividades delictivas en la capital del Atlántico y su área metropolitana.
Un punto inusual y específico es el compromiso de «desvincular las fiestas de los ‘picós’ del control territorial criminal», promoviendo estos espacios culturales como zonas de convivencia pacífica y no como focos de disputa o extorsión.
Finalmente, invitan a otras «organizaciones criminales determinantes» en la inseguridad de la región a que se sumen a este Proceso de Paz Urbana.
Resultados
El pacto previo de tregua, que rigió desde agosto, fue citado por fuentes oficiales como una medida que ya había arrojado cifras alentadoras, aunque la sociedad civil mantiene un escepticismo histórico.
Según reportes del Gobierno, la tregua anterior (hasta septiembre) habría generado resultados positivos, incluyendo una disminución del 87% en extorsiones y del 89% en hurtos en Barranquilla. (Estas cifras son citadas por el Gobierno en el marco del anuncio de la tregua).
La iniciativa ha generado críticas desde el sector político opositor. Por ejemplo, la senadora Paloma Valencia afirmó que «Es una vergüenza que este país crea que la paz consiste en rogarle a la criminalidad».
Instituciones como el Instituto para la Paz y la Democracia de la UAC han instado a la verificación y acompañamiento ciudadano y de la comunidad internacional para garantizar que la tregua se traduzca en hechos tangibles, dada la larga historia de violencia y promesas incumplidas en la región. El desafío es convertir la voluntad desde la cárcel en una transformación real en los barrios.