El jefe de Estado delineó dos fases cruciales, la primera, la adquisición estratégica de armamento, y la segunda, la producción nacional de dicho armamento, garantizando así la plena propiedad sobre los recursos bélicos.
Rafael Camargo Vásquez
Enviado Especial
Medellín – Colombia
En un anuncio trascendental durante la inauguración de la decimosegunda edición de la Feria Internacional Aeronáutica y Espacial ‘F-AIR Colombia 2025’, celebrada en el aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro, el presidente Gustavo Petro reveló que el Gobierno trabaja en el marco de un Consejo de Política Económica y Social (Conpes) para establecer «una fuerza pública independiente, que no dependen sino de Colombia misma». Esta iniciativa, según el mandatario, responde al ideal de una nación soberana, más allá de cualquier rechazo a la cooperación externa.
El jefe de Estado delineó dos fases cruciales para alcanzar este objetivo: la primera, la adquisición estratégica de armamento, y la segunda, la producción nacional de dicho armamento, garantizando así la plena propiedad sobre los recursos bélicos. Las deliberaciones para estructurar estas inversiones estratégicas avanzan en el seno del Conpes, a la espera de la información técnica completa, que abarcará no solo la aviación, sino la optimización de la movilidad general de la fuerza pública.
El presidente enfatizó la necesidad imperiosa de renovar el equipamiento de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, cuya movilidad se ha visto mermada por la obsolescencia de sus instrumentos aéreos y terrestres. «Es imperativo renovar las armas de la República para evitar una creciente ineficiencia», afirmó, señalando que esta renovación es factible bajo las actuales condiciones fiscales y presupuestales del país, mediante el mecanismo de vigencias futuras.
En este ambicioso proyecto, Petro aclaró que «no hay ningún país excluido dentro del campo bélico». Las armas que sean «suficientemente adaptables a las condiciones colombianas y a los objetivos propuestos —destruir la criminalidad y proveer un instrumento de prevención adecuado para los retos de la crisis climática— serán bienvenidas».
Hacia la Autosuficiencia Estratégica
No obstante, el mandatario resaltó que esta cooperación es una fase transitoria mientras Colombia consolida su autosuficiencia. «Casi desde el origen de la humanidad, este ha sido un principio fundamental: si dependes de otros, no sobrevives, porque el mundo cambia, y las alianzas pueden transformarse. Debemos forjar nuestra propia capacidad», sostuvo.
Asimismo, precisó que las adquisiciones de armamento no producido en el país se diversificarán entre múltiples naciones, evitando la dependencia de un solo proveedor. Puntualizó que se evitarán aquellos países «hoy duramente cuestionados en el cuidado de los derechos humanos en el planeta», subrayando que «no queremos profundizar el conflicto» y que la soberanía nacional demanda mantener una pluralidad de oferentes.
Otro punto cardinal abordado por el presidente fue la evolución de los conflictos bélicos, que «cada vez son menos dependientes del metal y más de las matemáticas». Los enfrentamientos contemporáneos, señaló, «se libran a nivel matemático», donde los softwares, esencialmente algoritmos, determinan la victoria o derrota a través de su penetrabilidad. Esta realidad da origen a dos conceptos clave: la ciberdefensa y el software de ataque.
Ante este panorama, el presidente reveló haber solicitado a la fuerza pública «elevar el nivel de conocimiento en términos de matemáticas, llegando a lo que se denominan matemáticas cuánticas». Afirmó la disposición de Colombia para «recibir a quien traiga los computadores cuánticos, no a quien preste a control remoto su servicio». Reconoció que, si bien el desarrollo de las matemáticas en Colombia no alcanza aún el nivel necesario para su producción, la fuerza pública y el sistema universitario civil deben dar un «gran primer paso» hacia la matemática cuántica.