Todos los niños en Colombia partir de septiembre de 2025, todos los niños y niñas que pesen menos de 1.500 gramos al nacer recibirán esta nueva vacuna. La dosis combinada los protegerá contra la difteria, el tétanos, la tosferina, la hepatitis B, la poliomielitis y enfermedades invasoras como la meningitis y la neumonía causadas por la bacteria Haemophilus influenzae tipo b.
Salud
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El Ministerio de Salud ha dado un paso fundamental para proteger a los bebés más vulnerables del país. Anunció la incorporación de la vacuna hexavalente acelular al Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), una dosis que, con una sola inyección, protege contra seis enfermedades graves a los recién nacidos con bajo peso.
A partir de septiembre de 2025, todos los niños y niñas que pesen menos de 1.500 gramos al nacer recibirán esta nueva vacuna. La dosis combinada los protegerá contra la difteria, el tétanos, la tosferina, la hepatitis B, la poliomielitis y enfermedades invasoras como la meningitis y la neumonía causadas por la bacteria Haemophilus influenzae tipo b.
Salud infantil
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, destacó la importancia de esta medida: «Esta es una medida crucial para prevenir la morbimortalidad en niños de bajo peso y mejorar la adherencia al esquema de vacunación.»
La nueva vacuna no reemplaza a la tradicional pentavalente, sino que se presenta como una opción más eficiente y menos dolorosa para los bebés que requieren cuidados especiales.
¿Quiénes recibirán esta vacuna? La hexavalente acelular se aplicará a niños nacidos a partir del 1 de abril de 2025 con un peso inferior a 1.500 gramos. También se beneficiarán aquellos nacidos entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2025 que no hayan recibido ninguna vacuna pentavalente.
El esquema completo consta de tres dosis, administradas a los 2, 4 y 6 meses de edad. El ministro Jaramillo aclaró que la protección que ha brindado la pentavalente durante años es vital y que esta nueva vacuna busca optimizar el proceso de inmunización, reduciendo las punciones y la posibilidad de eventos adversos como fiebre, convulsiones o llanto persistente.
«Esta es una medida crucial para prevenir la morbimortalidad en niños de bajo peso y mejorar la adherencia al esquema de vacunación».