Petro expresó su honda preocupación por la suerte de ciudadanos colombianos, afirmando que «hay colombianos» en las lanchas.
La denuncia del presidente colombiano se relacionan con asesinato y violación de soberanía
Primicia Diario
La Casa de Nariño se convirtió en el epicentro de un explosivo enfrentamiento diplomático. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, elevó el tono de la controversia internacional al calificar los ataques con misiles de Estados Unidos en el Mar Caribe, con un saldo que el mandatario cifra en al menos 34 víctimas mortales, como un «crimen de guerra» (crimen de guerra) y una «agresión internacional contra una zona de paz». La declaración, que resonó en la esfera global, se produjo durante un acto de reconocimiento de responsabilidad internacional.
«Agresión a la Dignidad Latinoamericana»
El mandatario colombiano arremetió contra la estrategia, presuntamente ordenada por el gobierno de Donald Trump contra supuestas «narcolanchas», señalándola como una agresión directa a la soberanía nacional. La cifra de fallecidos, superior a los 21 o 27 reportados inicialmente, intensifica la alarma.
Petro expresó su honda preocupación por la suerte de ciudadanos colombianos, afirmando que «hay colombianos» en las lanchas. La angustia se concentra en las costas de Santa Marta y San Andrés, donde los pescadores temen salir a faenar. La denuncia se hizo específica con la identificación de Alejandro Carranza Medina, un pescador de 40 años, presuntamente asesinado.
El caso de Carranza escaló a una acusación de invasión territorial. Petro sostiene que la lancha colombiana, atacada el 16 de septiembre, se encontraba «a la deriva con el motor levantado en señal de avería» y, lo que es más grave, presuntamente en aguas territoriales colombianas. Esto implicaría que funcionarios estadounidenses «han cometido un asesinato y violado nuestra soberanía».
No obstante, un giro en el desarrollo periodístico sugiere que Carranza, a quien Petro describió como «pescador de toda la vida» y «humilde», podría haber estado vinculado a un caso judicial de 2016 por hurto de armamento para la banda criminal «Los Pachenca», un detalle que inyecta complejidad al reclamo diplomático.
Justicia sin «Miedo»
El presidente Petro exigió que los funcionarios estadounidenses involucrados sean juzgados en Colombia como «cómplices de un asesinato de un civil colombiano».
Para impulsar el caso, solicitó el apoyo del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, pidiendo a juristas como Gustavo Gallón y Carlos Rodríguez que colaboren «sin miedo».
El mandatario enfatizó que la crítica no es en defensa de Nicolás Maduro, sino un acto por la «dignidad latinoamericana» y el espíritu bolivariano.
En un movimiento simultáneo, el presidente Donald Trump anunció la «repatriación inmediata» a Colombia y Ecuador de los dos supervivientes del ataque del 16 de octubre contra un presunto «narcosubmarino». Petro confirmó la recepción del colombiano, quien «será procesado de acuerdo con las leyes» nacionales, mientras Trump justificó el ataque aludiendo al cargamento de fentanilo y calificando a los detenidos de «terroristas».
La crisis actual desborda la lucha antidrogas: ha mutado en una confrontación directa sobre la soberanía, la jurisdicción legal y la protección de los civiles en las aguas del Caribe.
El presidente Petro exigió que los funcionarios estadounidenses involucrados sean juzgados en Colombia como «cómplices de un asesinato de un civil colombiano».