Desplazamiento en el Catatumbo.
William Iván Mejía Torres
Colombia traviesa por una crisis social que ha generado cerca de 55 mil desplazados de la región del Catatumbo, al menos 30 mil personas en condición de confinamiento (no pueden salir de sus lugares de refugio por temor a ser asesinados) y 52 muertes violentas. Todo en las últimas semanas, luego de la posesión del dictador Maduro. ¿existirá alguna relación entre la posesión de maduro y la guerra en el Catatumbo?
La crisis fiscal que vive el país ha ocasionado el aplazamiento de 35 billones del presupuesto general de la nación, a partir de agosto de 2022 hasta la fecha. Junto con el cambio frecuente de ministros, resulta en una gran disminución de la inversión pública como se evidenció con la ejecución del 2024 que alcanzó tan solo el 81.3%. Estuvo por debajo incluso de la obtenida en el año de la pandemia, el 2020. Cuando a pesar del estancamiento de la economía mundial se logró ejecutar poco más del 87%.
La incertidumbre económica y política generada por la crisis fiscal y social, disuade a los inversores extranjeros de comprometerse a largo plazo. Además, los retrasos en proyectos de infraestructura clave (Metro de Bogotá, Metro ligero de la 80 en Medellín, Regiotram de occidente y la restauración de los ecosistemas del Canal del Dique) conducen al incremento de los costos operativos y logísticos para las empresas involucradas en los proyectos (casi todas extranjeras), haciendo que el país sea menos atractivo como destino de inversión. La percepción de un gobierno ineficaz o desorganizado, necesariamente erosiona la confianza de los inversores, quienes pueden optar por dirigir sus recursos a países con entornos más estables y predecibles. La disminución de la inversión extranjera directa (IED) limita el crecimiento económico, reduce la competitividad y afecta negativamente el bienestar de la población.
Estos efectos se agravan aún más en el contexto de la crisis diplomática, fiscal y del Catatumbo. La crisis diplomática recientemente suscitada con EEUU, produjo tensiones internacionales que afectan las relaciones comerciales y la cooperación económica con este y otros países. La crisis fiscal, caracterizada por un déficit presupuestario y una deuda pública creciente, limita la capacidad del gobierno para financiar proyectos esenciales y mantener la estabilidad económica. La crisis en el Catatumbo, una de las peores crisis humanitarias de Colombia, desincentiva aún más la inversión extranjera, ya que los inversores buscan entornos seguros y estables para sus operaciones.
La combinación de estas crisis crea una «tormenta perfecta» que afecta profundamente la capacidad del país para atraer y mantener inversión extranjera, que a su turno promueve la generación de empleo e ingresos en los hogares y con ello la superación de la pobreza. La incertidumbre económica y política, los retrasos en proyectos de infraestructura, la erosión de la confianza de los inversores, la disminución de la competitividad internacional y los efectos a largo plazo, tiene un impacto directo en la percepción de seguridad y estabilidad del país. Además, la crisis social del Catatumbo está aumentando la presión sobre los recursos públicos, desvía fondos que podrían haberse utilizado para mejorar la infraestructura y otros proyectos que atraen inversión extranjera. Lo que está sucediendo en efecto con los Decretos de conmoción interior especialmente el 135 de 2025.
En síntesis, la tormenta perfecta por la que atravesamos los colombianos gracias al gobierno del cambio es; el aplazamiento de 35 billones del presupuesto general de la nación, combinado con el cambio frecuente de ministros y las crisis diplomática con Estado Unidos, la falta de recursos para cubrir los gastos exigidos en las políticas públicas y metas del plan de desarrollo sumado a la crisis social del Catatumbo, la suma de todas estas crisis está creando un entorno de incertidumbre y desconfianza; un escenario propicio para la reducción de la inversión extranjera directa. La falta de estabilidad y coherencia en la gestión del presupuesto y la administración pública, junto con la violencia y el desplazamiento en el Catatumbo, van a reducir el crecimiento económico e impactar negativamente el bienestar de nuestras gentes. ¿En qué iremos a parar? Nuestra Colombia sufre y aun quedan 18 meses de desgobierno.
