John McNamara, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Colombia,ha sostenido una estrecha relación con el presidente Petro,en el trabajo mancomunado de los dos países.
Javier Sánchez
Bogotá, Colombia
En un escenario de crecientes rumores sobre intentos de desestabilización política desde sectores de derecha en Colombia y Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro apostó firmemente por el diálogo y el respeto mutuo como vía para superar las diferencias. La diplomacia silenciosa y los gestos directos han logrado encauzar la relación bilateral, reafirmando su carácter estratégico.
La Chispa de la Discordia
El pulso diplomático se inició a finales de junio, tras un explosivo artículo del diario El País de España. La publicación reveló audios del excanciller colombiano Álvaro Leyva, donde supuestamente buscaba el apoyo del expresidente estadounidense Donald Trump para «tumbar a Petro». Esta denuncia generó un revuelo considerable y tensó de inmediato las relaciones con Washington.
Ante la delicada situación, el presidente Petro decidió tomar las riendas y escribió directamente a Trump. En su misiva, si bien aclaró no estar acusando sin pruebas, expresó su profunda preocupación por los riesgos para la democracia colombiana. «Reconozco que algunas de mis palabras pudieron sonar duras, pero mi intención era alertar sobre posibles planes contra mi gobierno», señaló Petro, buscando disipar malentendidos y transparentar sus inquietudes.
Como respuesta a la escalada de tensiones, el Departamento de Estado de EE. UU. llamó a consultas a su encargado de negocios en Bogotá, John McNamara. La Casa de Nariño replicó el gesto, haciendo lo mismo con el embajador colombiano en Washington, Daniel García-Peña. Afortunadamente, la sensatez prevaleció y, tras encuentros y aclaraciones, ambos diplomáticos regresaron a sus puestos, marcando un punto de inflexión.
Relación Justa y Equilibrada
El mandatario colombiano ha sido enfático en que su intención no es confrontar a Estados Unidos, sino construir una relación más equitativa y balanceada. «Estoy convencido de que el pueblo estadounidense, al igual que el pueblo colombiano, aspira a una relación basada en el respeto mutuo, la soberanía y la justicia. Esto no es un llamado a la confrontación, sino a la responsabilidad compartida», declaró Petro, delineando una hoja de ruta de cooperación.
Desde Bogotá, el embajador Daniel García-Peña ratificó la postura de Washington, asegurando que el gobierno estadounidense no ha participado en ningún intento de desestabilización y que la relación bilateral se mantiene sólida y estratégica. Tras su consulta con el presidente Petro, ambos revisaron la agenda común, reafirmando la voluntad de «fortalecer una cooperación respetuosa y útil para nuestros pueblos».
Alianza Renovada
Colombia ha propuesto un ambicioso plan de ocho acciones concretas para robustecer la relación bilateral:
- Lucha contra el Crimen Organizado Transnacional: Mayor articulación entre fuerzas colombianas y agencias estadounidenses para desmantelar redes ilegales y sus finanzas.
- Cooperación en Seguridad Regional: Avance en la creación de una fuerza multinacional contra amenazas criminales en la región.
- Política Antidrogas: Erradicación de al menos 30.000 hectáreas de cultivos ilícitos en 2025, combinando aspersión terrestre y programas de sustitución.
- Paz Total: Suspensión de dos extradiciones para facilitar procesos de negociación, con la salvedad de que las decisiones judiciales podrán revertirse ante incumplimientos.
- Migración Humanitaria: Consolidar 30 vuelos humanitarios que han repatriado a más de 3.100 colombianos y buscar un acuerdo para el intercambio de datos biométricos de migrantes extranjeros.
- Comercio y Aranceles: Gestión para el aplazamiento de nuevas normas estadounidenses que podrían afectar la industria automotriz colombiana.
- Inversión Verde: Mantener abierta la Plataforma País para empresas estadounidenses interesadas en energías limpias, infraestructura resiliente y tecnología verde.
- Haití: Colombia ofrece su experiencia en seguridad y cooperación internacional para liderar un enfoque regional que ayude a reconstruir la institucionalidad en la nación caribeña.
Apoyo Militar
A pesar de las tensiones iniciales, los hechos han demostrado que la cooperación y el apoyo militar entre ambos países no solo se mantienen, sino que se fortalecen. Recientemente, en Tolemaida (Tolima), se inauguró una moderna sede de alojamientos en el Centro de Entrenamiento Avanzado de Ala Rotatoria, una obra valorada en 5.5 millones de dólares. Esta es la primera de tres edificaciones donadas por Estados Unidos para potenciar las capacidades de las Fuerzas Armadas colombianas en la exportación de seguridad y la promoción de la estabilidad regional.
Asimismo, en junio, Estados Unidos donó tres embarcaciones patrulleras de largo alcance a la Armada colombiana. McNamara destacó que «esto es una clara demostración del apoyo inquebrantable de EE. UU. al papel de Colombia como líder en seguridad regional. No solo estamos proporcionando infraestructura, estamos invirtiendo en el bienestar y la preparación de los valientes hombres y mujeres uniformados de Colombia». Estas acciones concretas subrayan la continuidad de una alianza fundamental, más allá de las coyunturas políticas.
Estados Unidos donó tres embarcaciones patrulleras de largo alcance a la Armada colombiana.