La guerra en Gaza cumplió 100 días y el número de muertos alcanza los 50 mil, la mayoría niños y mujeres.
El Porce
No se sabe quién resultó más bruto, si los palestinos de Hamás o los judíos de Netanyahu.
Haber cometido el atropello imbécil contra el kibutz y el festival de música juvenil, matando y secuestrando casi que a la topa tolondra, sin prever la reacción voluminosa y despiadada de los afectados, le resultó costando a los palestinos casi 50 mil muertos, en su mayoría mujeres y niños y la destrucción de por lo menos la mitad de las edificaciones que se apretaban en la franja de Gaza.
Al Israel haber desencadenado como retaliación la más furiosa venganza hasta volverla un genocidio, terminó otorgándole no solo al primer ministro y a su gabinete, sino al pueblo judío, el remoquete universal e indeleble de criminales de guerra.
Hamás no consiguió con su guerra provocada algo más que una ratificación de su criterio terrorista, pero sobre todo perdió las cabezas visibles de su organización y desgastó inmisericordemente la imagen de pueblo sin tierra para quedarse con el diploma de pueblo masacrado por bruto.
Israel, por culpa de Netanyahu y sus extremistas, borró con su manera de hacer la guerra la imagen de pueblo perseguido pero inteligente, ganada con su sacrificio horroroso en el holocausto y su capacidad de resiliencia , para quedarse con el reconocimiento universal de crueles, despiadados y peligrosos.
De paso, Hamás perdió el liderazgo dentro de los palestinos y el ejército israelí demostró que no era tan capaz como se creía pues solo pudo encontrar al centenar de rehenes únicamente cuando se los entregaron a la hora de la tregua.
Todavía no se ha juzgado la tremenda equivocación del servicio secreto judío de no haber previsto la andana de horror y sangre de octubre del 2023.
Menos que el mundo valore hasta donde los perdedores de la contienda han sido los clérigos siniestros y malvados que gobiernan Irán.
Fueron 50 mil muertes estúpidas que la historia no olvidará.