La transformación digital se ha convertido en un factor clave para el desarrollo y la eficiencia en todos los sectores, incluida la infraestructura física.
En el marco del Día Internacional de la Luz, Colombia reflexiona sobre el uso consciente de la energía eléctrica, recurso vital con profundas implicaciones ambientales y económicas. Durante 2024, la demanda energética creció un 2.3%, resaltando la urgencia de la eficiencia energética para optimizar el consumo, alcanzar la sostenibilidad y garantizar un acceso equitativo. La modernización de la red eléctrica y la adopción de tecnologías digitales están transformando el panorama energético, permitiendo a los usuarios convertirse en actores activos en la producción y gestión de energía a través de esquemas colaborativos.
La medición inteligente emerge como una herramienta fundamental en esta transición hacia una nueva cultura energética. Esta tecnología permite monitorear la autogeneración, contabilizar excedentes, analizar pérdidas y registrar el consumo en tiempo real, allanando el camino hacia redes eléctricas inteligentes (smart grids) más resilientes, seguras y sostenibles.
En Colombia, la implementación de estos sistemas avanza en diversas regiones, como la iniciativa con Celsia en el Valle del Cauca, que demuestra cómo la gestión de datos de medidores inteligentes mejora la operación y facilita la toma de decisiones. Siemens Colombia impulsa la digitalización de redes eléctricas con su tecnología Gridscale X® MDM, que permite gestionar grandes volúmenes de datos para detectar anomalías y proporcionar información en tiempo real a los usuarios, optimizando la planificación energética y la confiabilidad del servicio.
Colombia se ha posicionado como pionera en la construcción de marcos normativos para la medición inteligente, con la norma NTC6079 de ICONTEC sirviendo de referencia regional desde 2009. Actualmente, se trabaja en una tercera actualización para 2026, integrando las últimas tendencias y aprendizajes de la industria.
La eficiencia energética, impulsada por la medición inteligente, no solo tiene un impacto técnico y regulatorio, sino también social y ambiental. Según la Agencia Internacional de Energía, más del 40% de las metas climáticas globales al 2030 podrían alcanzarse mejorando el uso de la energía. En este contexto, la adopción de sistemas que reduzcan el consumo innecesario, aumenten la visibilidad del comportamiento energético y promuevan la auto generación renovable, habilitada por la medición inteligente, se convierte en una necesidad apremiante para Colombia.