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Esperanza en el Catatumbo: 13 JOVENES COCALEROS INICIAN ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

‘Ruta del Amor por el Catatumbo’, una iniciativa del Ministerio de Educación Nacional que busca devolver la esperanza a una de las regiones más golpeadas del país. Los jóvenes no solo accederán a programas académicos pertinentes

Aguachica y Valledupar, Colombia.

Trece jóvenes del Catatumbo, anteriormente dedicados a la recolección de hoja de coca, han sido admitidos de manera especial en la Universidad Popular del Cesar (UPC). A partir del segundo semestre de 2025, estos estudiantes iniciarán su educación superior en las sedes de Aguachica y Valledupar, marcando un hito significativo en la estrategia del Gobierno del Cambio para transformar territorios históricamente afectados por la violencia y la pobreza.

Esta oportunidad surge del programa ‘Ruta del Amor por el Catatumbo’, una iniciativa del Ministerio de Educación Nacional que busca devolver la esperanza a una de las regiones más golpeadas del país. Los jóvenes no solo accederán a programas académicos pertinentes, sino que recibirán un acompañamiento integral que incluye hospedaje, alimentación y subsidios de sostenimiento, elementos cruciales para garantizar su permanencia y éxito en la formación universitaria.

Durante el acto de presentación, Luis José Rodríguez Torres, secretario general de la Universidad Popular del Cesar, reafirmó el compromiso social de la institución. «Hoy estoy convencido de que la Universidad Popular del Cesar honra su compromiso con la justicia social y con el derecho a la educación, gracias a los acuerdos del Consejo Académico liderado por nuestro rector, Robert Romero Ramírez», expresó.

Maritza Molina, secretaria general del Ministerio de Educación, transmitió un mensaje del ministro Daniel Rojas Medellín: «Nuestro compromiso es lograr que en los territorios históricamente golpeados por la violencia se transformen vidas a través de la educación. Ustedes no solo tendrán acceso a la universidad, también contarán con hospedaje, alimentación y apoyo económico para que puedan permanecer y graduarse». Este programa demuestra que la paz se construye con oportunidades reales y que la presencia del Estado, con educación y cuidado, puede cambiar el futuro de los jóvenes para siempre.

Esta iniciativa no solo ofrece una alternativa a la economía ilícita de la coca, sino que también invierte en la reconstrucción del tejido social y el desarrollo regional, abriendo caminos de progreso para jóvenes que, de otra forma, tendrían limitadas sus posibilidades de acceso a la educación superior y a un futuro digno.

Una alternativa a la economía ilícita de la coca, sino que también invierte en la reconstrucción del tejido social y el desarrollo regional, abriendo caminos de progreso para jóvenes