Sergio Fajardo, precandidato presidencial del centro político de Colombia.
Javier Sánchez
Política
El precandidato presidencial Sergio Fajardo ha trazado una clara línea divisoria, rechazando cualquier tipo de apoyo o alianza con la candidatura de Abelardo De La Espriella. Aunque Fajardo no usó la expresión exacta de «destripar a sus contendores», su rechazo se fundamenta en la «incompatibilidad ideológica y de formas» con la derecha radical.
«Ni con Petro ni nada de eso: aquí vamos, no me voy a desconcentrar», ha sido la constante de Fajardo al reafirmar su independencia y su camino de «coherencia y consistencia», distanciándose de los extremos.
Choque de Estilos
La principal fricción radica en la retórica del abogado De La Espriella, quien ha promovido un discurso de «mano de hierro» contra la criminalidad y ha prometido aplicar la ley «con la decisión de hacerla cumplir». Además, ha criticado duramente a adversarios como el expresidente Santos, señalando que «no se puede ir de este mundo sin pagar sus culpas».
Fajardo, por su parte, condena la escalada de violencia verbal:
«La rabia no se trata con rabia, el dolor no se trata con agresión sino con mucha comprensión»
Este contraste de enfoques ha sido bien recibido por el electorado. Las encuestas recientes muestran que el perfil centrista y moderado de Sergio Fajardo (51,7%) supera significativamente al radicalismo de Abelardo De La Espriella (38,9%) en un escenario de segunda vuelta.
El mensaje de Fajardo es claro: no hay espacio en su proyecto para la confrontación y la rabia que promueven otros sectores.