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Fiebre del Metal: LA SANGRIENTA «GUERRA DEL ORO»

Las zonas más ricas y disputadas por el oro en Antioquia son el Bajo Cauca (municipios como Cáceres, Caucasia, El Bagre, y Tarazá) y el Nordeste Antioqueño (Remedios y Segovia), donde la minería, legal e ilegal, es la principal actividad económica.

 

 

Antioquia se Desangrada por la Codicia de la Delincuencia

 

Nelson Puerta G. 

Antioquia 

Una escalada de violencia sin precedentes sacude el departamento de Antioquia, impulsada por el valor histórico del oro en el mercado internacional. Este metal precioso se ha consolidado como el principal motor financiero y territorial de los grupos armados ilegales, recrudeciendo un conflicto que azota especialmente al Bajo Cauca y el Nordeste Antioqueño. La disputa por el oro ha transformado la guerra en una cruda y lucrativa lucha económica.

El Oro como Combustible

Antioquia, que concentra el 72% de la producción legal de oro en Colombia para 2024, es el epicentro de una actividad extractiva ilícita que ha disparado los índices de violencia.

Financia la Guerra

El oro, considerado un «refugio de valor» ante la inestabilidad económica global, ha alcanzado cifras máximas, superando los 3.300 USD por onza troy en 2025. Este incremento vertiginoso, que triplica su cotización en la última década, hace que la minería ilegal sea, para algunas estructuras criminales, más rentable que el propio narcotráfico.

Las ganancias multimillonarias obtenidas del oro ilícito son reinvertidas en la expansión de las estructuras armadas, la compra de armamento de guerra —incluyendo drones y explosivos— y la consolidación del control territorial.

Control Minero

La escalada violenta se explica por la férrea competencia por los yacimientos entre los principales grupos armados ilegales. Las confrontaciones por el control de la cadena de producción han provocado que la tasa de homicidios sea entre dos y tres veces mayor en las zonas de disputa, afectando directamente a la población civil, a los líderes comunitarios y a los mineros de subsistencia, conocidos como barequeros.

«Clan del Golfo» (AGC): Se mantiene como la estructura más fuerte y en expansión (reportando un crecimiento del 60% en el departamento), dedicada a la explotación directa y a la extorsión sistemática de los mineros.

«Disidencias de las FARC»: Grupos como los frentes 18 y 36 han intensificado su presencia, con un crecimiento estimado del 70%, disputando activamente las rentas del metal.

El ELN y grupos menores complementan el complejo «cóctel criminal» del Bajo Cauca, donde la economía del oro se cruza con la de la coca.

Fraude y Consecuencias

La minería ilegal en Antioquia no es una simple extracción sin licencia; es un sofisticado sistema para «lavar» el mineral y convertirlo en un cofre de guerra.

Legalización del Metal

Los criminales utilizan complejos mecanismos para dar una apariencia de legalidad a su producción, burlando los controles estatales:

Los grupos armados manipulan el «Registro Único de Comercializadores de Minerales» (RUCOM), suplantando a mineros de subsistencia o a pequeños mineros formalizados. Grandes cantidades de oro ilícito son asignadas fraudulentamente a estos individuos para que figuren como producción legal.

Se obliga a los mineros artesanales y a los comerciantes locales a vender el metal a precios muy por debajo del mercado internacional (hasta un 40% menos) en «boca de mina», asegurando así que el oro ilícito entre en la cadena de legalización a través de acopiadores controlados por las estructuras criminales.

 Costo Humano 

La violencia desatada tiene efectos devastadores sobre las comunidades y el territorio:

El control territorial y los enfrentamientos han generado desplazamiento forzado, restricciones a la movilidad y un aumento en el reclutamiento de menores de edad, que son utilizados incluso para tareas de alto riesgo como la instalación de explosivos.

Mercurio y Cianuro: La minería ilegal de aluvión, que se concentra en los ríos Cauca y Nechí, es la principal fuente de destrucción ambiental, causando una grave contaminación por mercurio y cianuro que compromete la salud pública y daña irreparablemente los ecosistemas.

El conflicto en Antioquia ha mutado de una guerra ideológica a una guerra puramente económica, donde el control de la renta minera define el poder de las «maquinarias criminales».

Los actuales precios del oro, sin duda, van a provocar que más gente se pase de la coca a la minería ilegal.

La minería ilegal de aluvión, que se concentra en los ríos Cauca y Nechí, es la principal fuente de destrucción ambiental, causando una grave contaminación por mercurio y cianuro.