Petro aclaró que su mensaje es una «reflexión moral» y una propuesta de cambio de rumbo en las políticas globales, más que una incitación política: el cambio debe venir de la propia sociedad estadounidense si el mandatario no abandona las políticas de violencia y muerte.
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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha salido al paso de las acusaciones de figuras políticas y medios estadounidenses que interpretaron sus recientes declaraciones como una «amenaza» directa a su homólogo, Donald Trump, en medio de la escalada de la crisis diplomática bilateral.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Petro negó enfáticamente cualquier intento de intimidación:
«Yo no amenazo a Trump, solo dije que Trump cambie su corazón, de defender políticas de muerte en el mundo, como el genocidio en Palestina, por políticas de vida. Si no hay ese cambio, pues el propio pueblo de los EE. UU. cambiará a Trump, porque no se puede ir al suicidio general».
Origen de la Polémica
La controversia se originó tras una entrevista concedida por Petro, en la que el presidente colombiano había señalado que la humanidad tiene una salida: «cambiar a Trump. Puede ser por el mismo Trump, la más fácil. Si no, sacar a Trump».
Esta frase fue interpretada por un congresista de origen cubano-estadounidense como una «amenaza genuina a la seguridad de nuestro hemisferio» y un supuesto llamado a un «derrocamiento», lo que encendió las alarmas en el Capitolio.
Petro aclaró que su mensaje es una «reflexión moral» y una propuesta de cambio de rumbo en las políticas globales, más que una incitación política: el cambio debe venir de la propia sociedad estadounidense si el mandatario no abandona las políticas de violencia y muerte.
Dignidad Nacional
Este intercambio de mensajes es un nuevo capítulo en la tensa relación personal entre ambos presidentes, que se ha desarrollado en las redes sociales y tiene un alto impacto diplomático.
El presidente Trump había calificado a Petro como «líder del narcotráfico» y había anunciado la suspensión de subsidios y pagos a Colombia para la lucha antidrogas, además de la amenaza de aranceles a las exportaciones colombianas.
El mandatario colombiano replicó las acusaciones asegurando que Trump está «engañado por sus logias y asesores». Petro argumentó que él es el «principal enemigo que tuvo el narcotráfico en Colombia» al haber descubierto sus relaciones con el poder político en el siglo XXI.
Petro ha intentado delimitar el conflicto a un plano personal con Trump, asegurando: «El problema es con Trump, no con los Estados Unidos». También ha sido enfático en que «no es rey en Colombia, aquí no aceptamos reyes», en alusión a las órdenes y el trato de superioridad que, a su juicio, emanan de Washington.
Relación Bilateral
Mientras Petro y el Encargado de Negocios de EE. UU. en Bogotá, John McNamara, buscan un canal diplomático para el «desescalamiento» y la búsqueda de soluciones concretas en temas como la lucha antidrogas, las declaraciones cruzadas mantienen la relación en su punto de mayor tensión en décadas.
El llamado a consultas del embajador colombiano en Washington es un indicador formal de la gravedad de la crisis, mientras que la amenaza de aranceles y la suspensión de ayuda financiera generan preocupación en los sectores económicos y de seguridad de Colombia. La diplomacia colombiana busca insistentemente que el diálogo se imponga sobre la retórica polarizada, manteniendo la cooperación histórica en un ambiente de respeto mutuo.
La diplomacia colombiana busca insistentemente de Trump que el diálogo se imponga sobre la retórica polarizada, manteniendo la cooperación histórica en un ambiente de respeto mutuo.