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Hotel Nacional de Cuba: UN REFERENTE MUNDIAL DEL LUJO

El majestuoso Hotel Nacional de Cuba referente mundial

 

 

 

Es resultado de la votación anual de más de 300.000 viajeros internacionales

 

Texto y fotos

Lázaro David Najarro Pujol

Primicia Diario Cuba

En el corazón del Vedado, en La Habana,  uno de los repartos más lujosos de La Habana, distingue el majestuoso Hotel Nacional de Cuba, agazapado recientemente en Madrid, España con los galardones World Luxury Hotel Award y el World Luxury Restaurant Award, dos de los premios más codiciados de la industria del hospedaje en el mundo.

Constituyen el reconocimiento a la excelencia en hospitalidad y gastronomía de alto nivel, consolidando al Nacional como un referente mundial del lujo.

Los World Luxury Awards instituidos desde  2006, recompensa lo mejor del turismo de lujo a nivel global, con la participación de más de 300.000 viajeros internacionales en la votación anual.

Son entregados teniendo en cuenta asimismo  en las expectativas más exigentes del sector: la calidad, el servicio y la experiencia única que ofrece el Hotel Nacional, que festejará, el 30 de diciembre, su 95 aniversario .

El inmueble había recibido  el 29 de junio de 2010  la Distinción Memoria del Mundo, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que por primera vez se le confiere a un hotel, distinción que se creó en 1992, con el objetivo de preservar todas las obras y colecciones del patrimonio.

Igualmente por la calidad del servicio, la eficiencia y profesionalidad de los empleados  (una constante en el emblemático establecimiento)se le concedió en el mismo año 2010  el Premio por la Excelencia 2010, otorgado por la agencia de viajes Thomas Cook, avalado por la opinión de los clientes de ese turoperador inglés, uno de los más importantes del mundo.

Sobre una colina en el Malecón, frente al mar, se levanta majestuoso  «Castillo encantado», como lo denominó el prestigioso escritor Alejo Carpentier.

La edificación, perteneciente  a la cadena Gran Caribe, fue inaugurada el 30 de diciembre de 1930, considerado en esa época como el más importante del mundo. Responde a la arquitectura ecléctica. Es un edificio de ocho plantas y  442 habitaciones, con estructura en forma de H.

Sobresale por las hermosas vistas (quizás únicas), de la ciudad, la bahía habanera y la antigua Fortaleza del Morro. La suntuosa edificación se erigió en un saliente costero de Punta Brava, en la loma de Taganana, casi al extremo de la caleta de San Lázaro.

Aun quedan evidencias de la famosa batería de Santa Clara, emplazada en el siglo XVI, en una colina, otrora lugar favorito de desembarco de los piratas. Precisamente en ese mismo sitio, el regidor Don Luis Aguiar fustigó a los británicos durante la toma de La Habana en 1762.

Cientos de turistas se toman fotos, en los jardines del hotel,  junto al cañón Ordóñez, uno de los más grandes de la época (de unos diez metros de largo y 48 toneladas de peso).

De igual forma sobresalen las galerías de los jardines que recurren a los claustros monásticos de arcadas hispano-morunas, mientras que en la planta principal semeja a tres naves paralelas de una iglesia del medioevo. Las simuladas vigas del techo nos trasladan a la  de un viejo monasterio catalán con invocaciones árabes.

En habitaciones, salones, jardines y amplios espacios, el huésped puede apreciar  unas 100 obras patrimoniales entre fotos, esculturas, pinturas, relojes antiguos… Se unen muebles de estilo inglés, lámparas art-nouveau, porcelanas francesas de Sëvres, adornos de cerámicas mayólicas, óleos de pintores cubanos de las primeras décadas del siglo y estatuas de mármol de Carrara.

Los pisos y espacios del hotel  armonizan con los mármoles cubanos o piedras de la localidad habanera de Jaimanitas, los que se fusionan con tejas de barro, mosaicos importados de Sevilla y maderas preciosas como cedro y caoba.

La habitación más lujosa es sin lugar a dudas la acogedora Suite Presidencial, en la que se han hospedado, desde su inauguración hasta la actualidad, prestigiosas personalidades del arte, la literatura, la política, el comercio, la ciencia y los negocios: Winston Churchill, Frank Sinatra, Ava Gardner, Ernest Hemingway, Johnny Weismuller, Marlon Brando, Maria Felix, Jorge Negrete, y Alexander Flemming. También estuvieron  Johnny Weissmuller, Buster Keaton, José Mujica, Agustín Lara, Tyrone Power, Rómulo Gallegos y Errol Flynn, entre otros.

No faltaron los personajes más grises de la mafia italo-norteamericana como Santos Traficante, Meyer Lansky, Lucky Luciano y Frank Costello.

Tanta es la fama que cientos de turistas que visitan la Perla del Caribe están dispuestos a  gastar unos 450 dólares por noche para alojarse en las habitaciones 211, 212, 213 o en una suite especial donde se hospedaron aquellos gangsters.

El Hotel Nacional de Cuba se ha sometido en varias épocas a procesos de restauraciones para conservar esa joya de la arquitectura cubana –Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad–, respetando los planos originales y conservando toda la riqueza de su diseño ecléctico, entre ellas las realizadas a finales de la década de los años cincuenta y en 1992 para satisfacer las mas exigentes expectativas y con todas las facilidades modernas necesarias de un establecimiento de ese nivel.

Los rituales en el «Pozo de los deseos» ya devienen tradición y también leyenda para quienes visitan a la mansión. De acuerdo a la tradición, quien coloca su mano en el brocal y deja caer una moneda puede pedir una pretensión. Sus mayores clientes proceden principalmente de Reino Unido, España y Francia.

Además, numerosas encuestas lo ubican entre los lugares de hospedaje preferidos por turistas de todo el mundo, o como «Mejor Destino de Ciudad en Cuba y el Caribe». También por varios  ha recibido el Trade World Award, considerado el Premio Oscar de la hostelería, y en una ocasión resultó elegido  «el mejor del mundo». Pero en 1996, recibió en París el Trofeo de Oro Europa a la Calidad, que le entregó el Club Office de España.

La visita al Hotel Nacional de Cuba entre dos mil y tres mil personas diariamente para disfrutar sus restaurantes, salas de reuniones, el «Salón de la Fama», el cabaret «Parisien» o degustar de un mojito en sus jardines, es una muestra de la gran aceptación que tiene El «Castillo Encantado», sitio ideal  incluso para contemplar las bellas puestas de sol sobre el Malecón habanero.

Patio del Hotel Nacional