Sahelanthropus o sahelantropo, es un género extinto de hominido datado hace unos 7 millones de años, durante el Mioceno tardío.
Fósiles de Sahelanthropus (7 millones de años) y Orrorin (6 millones de años) en África preceden la narrativa de Adán y Eva. Estos hallazgos revelan una evolución humana mucho más antigua y compleja.
Primicia
Mientras las narrativas ancestrales sitúan a Adán y Eva como los albores de la humanidad, la paleontología nos transporta a un pasado mucho más profundo, revelando un linaje que se extiende por millones de años en el continente africano.
Los descubrimientos fósiles de Sahelanthropus tchadensis, Orrorin tugenensis y las diversas especies de Ardipithecus nos ofrecen una ventana fascinante a las etapas primigenias de nuestra evolución, mucho antes de la aparición del Homo sapiens.
Hace aproximadamente 7 millones de años, en lo que hoy es Chad, Sahelanthropus tchadensis, apodado «Toumaï», ya exhibía una intrigante mezcla de rasgos simiescos y posibles indicios de bipedismo, marcando un punto crucial en la separación de nuestro linaje de otros primates.
En Kenia, Orrorin tugenensis, datado en alrededor de 6 millones de años, aportó más fragmentos óseos que también sugieren una incipiente capacidad para caminar erguido, aunque su conexión directa con la línea humana aún se debate apasionadamente en la comunidad científica.
Entre 5.8 y 4.4 millones de años atrás, Etiopía se convirtió en un tesoro de hallazgos con las especies de Ardipithecus. Ardipithecus kadabba nos legó fragmentos de huesos y dientes que fortalecieron la evidencia de un bipedismo temprano, allanando el camino para el descubrimiento de «Ardi», el esqueleto casi completo de Ardipithecus ramidus.
La búsqueda continúa, y cada nuevo fósil desenterrado profundiza nuestra comprensión de este extraordinario viaje evolutivo.
La tradición religiosa ubica a Adán y Eva miles de años atrás, alrededor de (4000-6000) basándose en interpretaciones bíblicas. Sin embargo, estas cronologías difieren de los registros históricos modernos.