Gustavo Petro Urrego, presidente de los colombianos. 

Javier Sánchez

Primicia Diario

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha lanzado una fuerte arremetida contra la revista británica The Economist y la Defensoría del Pueblo por la difusión de informes y mapas que, a su juicio, pintan un panorama de «colapso» en seguridad y exageran la influencia del crimen organizado en el territorio nacional. El eje de la controversia es la representación gráfica de la violencia, considerada por el mandatario como un ataque a la imagen del país y un desmeritó a su gestión.0

El Desafío de los Mapas: «Absurdamente Falsos»

La disputa se encendió en torno a un mapa publicado por The Economist, que sugería una presencia e influencia de grupos armados ilegales en más del 70 por ciento del territorio colombiano. La publicación, que también puso en entredicho la efectividad de la política de «Paz Total» y se atrevió a preguntar si Colombia estaba «a las puertas del infierno», fue tildada por Petro de «aberrante».

La molestia del jefe de Estado se extendió a la Defensoría del Pueblo, a la que criticó por replicar o validar la narrativa visual de control criminal, acusando a la entidad de distorsionar la realidad. El presidente calificó los datos de la Defensoría, que alerta sobre la «expansión y consolidación de los grupos armados ilegales» como la «principal amenaza para el país», de ser «absurdamente falsos».

Sin embargo, voces expertas y la propia Defensoría aclararon que las cifras refieren a la «presencia, injerencia, accionar o tránsito» de los grupos, y no necesariamente a un control territorial absoluto. Organizaciones como la Fundación Ideas para la Paz (FIP) respaldaron esta tesis al señalar que la representación de The Economist era «imprecisa» por su generalización.

Combatir la Financiación Ilegal

Petro ha intentado contrarrestar esta narrativa argumentando que la crítica se concentra en la forma, ocultando el fondo de su estrategia:

Enfoque Anti-Drogas: El mandatario insiste en que la prioridad de su gobierno es «combatir las economías ilícitas y destruirlas para que no financien fuerzas ilegales», un enfoque que difiere de la histórica erradicación de cultivos de hoja de coca, que a su parecer, solo victimiza a los campesinos.

La Crítica como Ocultamiento: Para el presidente, la oposición y los medios críticos usan la generalización para «desnudar lo que prefieren ocultar: que el país está cada vez en manos de los violentos», sugiriendo que la alarma obedece a un contexto de alta polarización política de cara a 2026.

El Contra-Argumento de la Expansión

Pese a los desmentidos de Petro, los críticos citan informes que apuntan a una expansión real de los grupos armados, debilitando el discurso de la «Paz Total»:

Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC): Pasaron de 253 a 392 municipios.

ELN: Crecieron de 189 a 231 municipios.

Estado Mayor Central (EMC) y Segunda Marquetalia: Aumentaron de 230 a 299 municipios Adicionalmente, reportes de la UNODC han documentado que la producción potencial de cocaína alcanzó máximos históricos en el país, lo que inyecta recursos frescos a las estructuras criminales y alimenta la expansión violenta.

¿Prevalecerá la tesis presidencial de una mejora en seguridad o la evidencia de una expansión criminal denunciada por las entidades de riesgo?

En el último Consejo de Ministros fue abordado el tema de diversos sectores empezando por la oposición en el desprestigio del actual gobierno.