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Entre el resplandor muisca y la sazón de plaza: EL CENTRO DE BOGOTÁ SE CITA CON SU MEMORIA

Con el circuito «Vicachá, el Resplandor de la Noche», la comunidad rendirá un sentido homenaje al elemento vital que define la geografía sagrada de la ciudad: el agua.

 

 

 

Primicia Diario

Bogotá D.C: 

Una cita impostergable con los saberes ancestrales y los sabores que se han tejido de generación en generación aguarda a los bogotanos. Durante los días 22 y 23 de noviembre, el corazón de la ciudad latirá con una fuerza renovada cuando los tradicionales barrios de Las Aguas y Las Cruces —en las localidades de La Candelaria y Santa Fe, respectivamente— se conviertan en el escenario de una vibrante reactivación patrimonial. No se trata simplemente de una agenda de eventos, sino de una manifestación viva del talento local, donde emprendedores y artistas invitan a redescubrir el centro histórico bajo la luz de la identidad y la transformación social.

Estas jornadas, bautizadas bajo los sugerentes títulos de Circuito Cultural «Vicachá, el Resplandor de la Noche» y el Festival «Sabor y Alma Cruceña», constituyen la punta de lanza de una iniciativa mayor: la estrategia Barrios Vivos. Liderada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, esta apuesta de innovación cultural territorial ha trascendido la gestión administrativa para convertirse en un laboratorio de co-creación. El objetivo es tan ambicioso como necesario: tejer confianza entre vecinos, aportar soluciones creativas a problemáticas sociales y elevar el orgullo de habitar la capital.

Retorno del agua y la luz 

La jornada del sábado 22 de noviembre promete ser una experiencia sensorial y simbólica en el barrio Las Aguas. Con el circuito «Vicachá, el Resplandor de la Noche», la comunidad rendirá un sentido homenaje al elemento vital que define la geografía sagrada de la ciudad: el agua. El evento busca exaltar la memoria muisca que aún fluye, a veces oculta y a veces visible, por el cauce del río San Francisco, conocido en la lengua de los antiguos pobladores de la sabana como río Vicachá, cuyo significado poético, «El resplandor de la noche», servirá de hilo conductor para la velada.

Desde la Plazoleta de la Universidad de Los Andes, los asistentes serán testigos de una iluminación escénica del río y un espectáculo de video mapping que dialogará con el entorno arquitectónico. La atmósfera se cargará de misticismo mediante rituales, danzas, cuadros vivos muiscas, esculturas móviles y lienzos vivientes, creando un puente temporal entre el pasado indígena y el presente urbano.

La propuesta invita a recorrer La Candelaria a través de un circuito de activaciones artísticas —danza, teatro y narración oral— en establecimientos aliados que han decidido sumarse a esta celebración de identidad. Lugares como Casa San Felipe, el Restaurante Nativa, el Hotel Masaya y cafés emblemáticos como Galatea, Camino y Café Bogotá, entre otros, abrirán sus puertas para integrar el comercio local con la cultura. La noche culminará con un ritual de fuego y luces, acompañado de un «canelazo comunitario» y la música tropical de la agrupación Candelalma, reafirmando al agua como símbolo de vida y a la cultura como motor de cohesión territorial.

Festín para el paladar y el espíritu

Si el sábado estará marcado por lo etéreo y lo visual, el domingo 23 de noviembre la cita será con lo terrenal y lo gustativo. La histórica Plaza de Mercado Las Cruces acogerá el Festival «Sabor y Alma Cruceña», un encuentro diseñado para celebrar la tradición gastronómica de uno de los barrios más castizos de Bogotá.

En el marco del Primer Concurso Gastronómico, los fogones se encenderán para una competencia amistosa donde cocineros tradicionales y nuevos talentos se disputarán el honor del «mejor sabor cruceño». Las categorías premiarán al mejor plato típico, el mejor plato fuerte y el postre más destacado, sirviendo también como plataforma para reconocer a las cocineras y líderes que han preservado las recetas de la abuela como un tesoro patrimonial.

Pero Las Cruces es mucho más que comida; es un barrio de contrastes y creatividad desbordante. El festival contará con la puesta en escena de «Los titiriñeros», un grupo que, mediante títeres de brazo y grandes dosis de humor y recursividad, narra la otra cara de la localidad de Santa Fe. Asimismo, el evento reafirmará la vocación urbana del sector, conocido popularmente como la cuna del hiphop en Bogotá, con muestras musicales y colectivos escénicos que compartirán espacio con una feria de emprendimientos locales de artesanías y estampados.

Estrategia de largo aliento

El impacto de estas iniciativas trasciende el fin de semana. Durante el 2024, la estrategia Barrios Vivos ha logrado impactar a más de 4.500 personas a través de 132 encuentros y 37 laboratorios en las 20 localidades de la ciudad. Con una proyección que aspira a desarrollar 366 laboratorios para el año 2027, la Secretaría de Cultura, en alianza con los Fondos de Desarrollo Local, busca consolidar estos espacios como motores de transformación.

Así, entre el susurro del río Vicachá y el bullicio alegre de la plaza de mercado, Bogotá se prepara para vivir dos días donde el patrimonio no se observa en vitrinas, sino que se respira, se degusta y se celebra en las calles.

Agenda de la Jornada:

Sábado, 22 de noviembre: Vicachá, el resplandor de la noche. Barrio Las Aguas. Desde las 10:00 a.m. en la Plazoleta de la Universidad de Los Andes, con iluminación escénica del Eje Ambiental a partir de las 6:00 p.m.

Domingo, 23 de noviembre: Festival Sabor y Alma Cruceña. Plaza de Mercado Las Cruces. De 10:00 a.m. a 6:00 p.m.6

Flores a granel en el Eje Ambiental

Una cita impostergable con los saberes ancestrales y los sabores que se han tejido de generación en generación aguarda a los bogotanos.