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«Sueño Dorado» se hace realidad: LA INAUGURACIÓN DEL FERROCARRIL SANTA CRUZ DEL SUR-CAMAGÜEY

El ramal ferroviario que conecta Camagüey con el puerto de Santa Cruz del Sur se inauguró oficialmente el 14 de diciembre de 1923, un hito que la población local consideró la «bendición de Dios».

 

 

 

Lázaro David Najarro Pujol

Corresponsal Primicia Diario

Cuba

Tras casi un cuarto de siglo de gestiones y anhelos, el ramal ferroviario que conecta Camagüey con el puerto de Santa Cruz del Sur se inauguró oficialmente el 14 de diciembre de 1923, un hito que la población local consideró la «bendición de Dios». La emotiva jornada no solo consolidó la conexión vital para el comercio, sino que también coronó un proyecto soñado desde la época colonial española.

La línea de 99 kilómetros, considerada un «sueño dorado» para camagüeyanos y santacruceños, finalmente vio la luz después de una historia que se remonta a 1849, con una iniciativa del patricio Gaspar Betancourt Cisneros (El Lugareño).

El largo camino hasta el 1923

Aunque la idea se debatió por décadas, la ejecución tomó impulso tras el Decreto Presidencial número 912 del 5 de julio de 1912. Este decreto concedió a la Compañía del Ferrocarril de la Costa Norte de Cuba, presidida por José Miguel Tarafa y Armas, una subvención de $6,000 pesos por kilómetro para construir las líneas, incluida la de Camagüey-Santa Cruz del Sur.

La construcción de este ramal prometía traer el progreso a una región con «campos feracísimos… inexplorados, vírgenes casi», que al amparo del ferrocarril surgirían «como por encanto a la vida del negocio».

La llegada insólita de la locomotora

Un suceso que marcó la antesala de la inauguración fue el desembarco de la primera locomotora de la Cuba Company en Santa Cruz del Sur. El 9 de agosto de 1923, una flotilla de vapores se acercó al litoral, obligando a improvisar un puente de patanas para sortear las bajas profundidades y depositar la máquina en la vía férrea.

El diario El Camagüeyano reportó el evento, que se convirtió en un «suceso insólito». La locomotora, que realizaría los trabajos finales, levantó una cortina de vapor y vibró intensamente al iniciar sus primeras maniobras, deleitando a la multitud concentrada en el litoral. Según testimonios recogidos en el libro Sueños y Turbonadas, fue «uno de los acontecimientos más grandes en los primeros 103 años de existencia de Santa Cruz del Sur».

Un día de fiesta y el primer pasajero

El clímax de esta gesta se vivió con la ceremonia de unión de las vías en el punto conocido como Aguilar, un encuentro que se celebró como un día de fiesta por las cuadrillas de trabajo.

Finalmente, el domingo 14 de diciembre de 1923, la línea fue inaugurada oficialmente:

A las 8:15 a. m. salió el primer tren de la Estación Central de Camagüey.

A las 9:15 a. m. partió el tren desde Santa Cruz del Sur.

La Compañía ordenó no cobrar el pasaje al primer viajero: Miguel Ángel Ortiz, quien ostentó el honor de ser el primer pasajero oficial del anhelado ramal. Los precios iniciales del pasaje se fijaron en $4,40 en primera clase y $2,03 en tercera. En el puerto agramontino, la inauguración se celebró con fiestas que se prolongaron por tres días.

Consolidación empresarial

Menos de un año después, el 28 de julio de 1924, la visión de la interconexión se consolidó bajo la llamada Ley Tarafa. Las empresas The Cuban Railread Company, Ferrocarriles del Norte Cuba, el Ferrocarril Camagüey-Nuevitas y el Ferrocarril Camagüey-Santa Cruz del Sur se fusionaron en una sola matriz con el nombre de Ferrocarriles Consolidados de Cuba, con su presidente, Mister Horatio S. Rubens, radicado en Nueva York.

El Boulevar Van Horne es la nueva atracción en la ciudad de Camagüey. Mucho tiempo pasó la calle en construcción y hoy los agramontinos pueden disfrutar de la historia del Ferrocarril