Los alcaldes de Medellín, Federico Gutiérrez, y de Cali, Alejandro Éder en el «banquillo» .

 

 

Javier Sánchez 

Política 

Los mandatarios de Medellín y Cali, que desde el inicio de la gestión del presidente Petro se han declarado en abierta oposición tendiente en cuenta sus vínculos y militancia  con la derecha.

Un inusual viaje de los alcaldes de Medellín, Federico Gutiérrez, y de Cali, Alejandro Éder, a los Estados Unidos ha desatado una tormenta política en Colombia. La visita, cuyo propósito declarado era abogar en el caso de la posible descertificación del país en la lucha contra las drogas, ha sido objeto de fuertes críticas por parte del gobierno nacional, que acusa a los mandatarios locales de haber sobrepasado sus facultades.

La controversia, que ha escalado desde principios de septiembre, se centra en un dilema de competencia y autoridad. El ministro del Interior, Armando Benedetti, lidera la ofensiva del gobierno, argumentando que los alcaldes se habrían arrogado funciones que son exclusivas del Presidente de la República. Según el Artículo 189 de la Constitución Política, la dirección de las relaciones internacionales es una potestad del ejecutivo nacional. La movida de Gutiérrez y Éder, al buscar influir en una decisión de política exterior, podría constituir una usurpación de funciones.

Además, el gobierno ha puesto en tela de juicio la legalidad de la ausencia de los alcaldes de sus despachos. Aunque Gutiérrez ha defendido que el viaje fue autorizado por la Gobernación de Antioquia, el gobierno cuestiona si se cumplieron todos los requisitos legales, lo que podría configurar un abandono del cargo. No obstante, documentos recientes han confirmado que la Gobernación concedió el permiso para el viaje, añadiendo un matiz a la polémica.

Por su parte, los alcaldes han defendido su visita como una acción necesaria para proteger los intereses de sus ciudades. Argumentan que una posible descertificación tendría repercusiones directas en la seguridad y la economía local, afectando a sus ciudadanos. Sostienen que su labor no es suplantar al Presidente, sino más bien gestionar relaciones subnacionales y buscar cooperación que beneficie directamente a Cali y Medellín.

La disputa es un reflejo de la profunda brecha política entre los alcaldes, rivales del presidente Gustavo Petro, y el gobierno central. Mientras el debate se intensifica, el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, ha denunciado penalmente a Gutiérrez por presunta usurpación de funciones. El caso ha puesto en el foco el delicado equilibrio de poder entre los distintos niveles de gobierno en Colombia, y la necesidad de una cooperación que, en este escenario, parece cada vez más elusiva.

La Prueba Reina

El debate sobre la legalidad del viaje de los alcaldes de Cali y Medellín a Estados Unidos ha encontrado lo que muchos consideran su prueba más contundente. El permiso de viaje del alcalde Alejandro Éder a Washington D.C., radicado ante el Concejo de Cali, no solo autorizó su ausencia de la ciudad, sino que también incluyó de manera explícita el controvertido motivo de su visita.

Según un reporte de CW+ Noticias, el documento oficial describe que uno de los objetivos del viaje es «contribuir a prevenir la descertificación colombiana». Esta frase se ha convertido en el centro de la polémica, ya que contradice la narrativa pública de la Alcaldía de Cali, que se había centrado en la importancia de fortalecer «relaciones subnacionales» y atraer inversión y turismo para la ciudad.

Mientras el alcalde Éder y su par de Medellín, Federico Gutiérrez, han defendido públicamente que su viaje no buscaba usurpar funciones del gobierno nacional, sino mitigar las consecuencias de una posible descertificación, este documento sugiere que su intención iba más allá de lo declarado. Para el Gobierno Nacional y los juristas críticos, la inclusión de este objetivo en el permiso oficial válida la acusación de que los alcaldes se extralimitaron en sus funciones, invadiendo el campo de la política exterior, una potestad exclusiva del Presidente de la República.

La Pelea en el Centro Democrático 

María Claudia Tarazona relató que, mientras se encontraba en el velorio, la senadora Cabal se le acercó. Durante el encuentro, Tarazona notó que Cabal llevaba un micrófono encendido en su camisa. Cuando le pidió que se lo quitara, Cabal supuestamente le lanzó una advertencia. Las palabras que Tarazona afirma haber escuchado fueron: «Tú no conoces Colombia, tú no sabes cómo es este país, tú no sabes lo que aquí está pasando».

La interpretación de la amenaza: Tarazona interpretó estas palabras como una forma de intimidación y una «amenaza» velada para que no incursionara en la política. Ella ha expresado su indignación, señalando que fue un acto de «oportunismo político» en medio de su dolor y que es inaceptable que se utilicen estos momentos para «conveniencia partidista».

La  senadora María Fernanda Cabal emitió un comunicado oficial en el que negó categóricamente la acusación de amenaza. En su defensa, Cabal aseguró que su intención al acercarse a Tarazona era únicamente para expresar su solidaridad y que sus palabras fueron malinterpretadas. Reconoció que llevaba un micrófono, pero explicó que es una práctica habitual para ella atender a los medios y que en ese momento estaba encendido.

Gobernador de Antioquia 

El Tribunal de Bogotá avala interceptaciones contra el gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón. El juicio determinará si es culpable o inocente por el presunto delito de peculado.

«Creo que el presidente Petro va a votar por mí»: Daniel Quintero.

Una declaración del exalcalde de Medellín y precandidato presidencial, Daniel Quintero, ha sacudido el panorama político colombiano, generando un intenso debate sobre las futuras alianzas de la izquierda. En una movida audaz, Quintero aseguró públicamente que confía en obtener el voto del presidente Gustavo Petro en las próximas elecciones.

La afirmación, lejos de ser un simple comentario, es una clara estrategia para posicionarse como el heredero natural del proyecto político de Petro. Quintero ha argumentado que su candidatura representa la continuidad del «cambio» que el actual gobierno prometió, y que una victoria de la derecha sería un retroceso para el país. En su lógica, el presidente Petro, para asegurar que su legado no sea desmantelado, terminaría respaldando a quien él considera su sucesor ideológico.

La movida de Quintero busca forzar la mano de Petro y consolidar su imagen como el único candidato capaz de llevar el proyecto de izquierda a una segunda fase. Sin embargo, el presidente enfrenta sus propios desafíos, y un respaldo a una figura tan polarizante como el exalcalde de Medellín podría costarle aún más apoyo popular.

Suspensión

El Tribunal Administrativo de Cundinamarca emitió hoy un auto en el que decretó una medida cautelar donde suspende el nombramiento del ministro de Igualdad, Juan Carlos Florián Silva.

Revocatoria 

El Movimiento de Revocatoria del Mandato ‘Salvemos a Bogotá’. Este grupo de ciudadanos ha argumentado que el alcalde Galán ha incumplido su programa de gobierno y no ha abordado de manera efectiva los problemas más urgentes de la ciudad. Los principales argumentos del movimiento se centran en:

Seguridad: Alegan que la inseguridad ha aumentado en Bogotá y que la administración no ha implementado un plan contundente para frenar la delincuencia.

Movilidad: Cuestionan su gestión en la movilidad, la congestión vehicular y el manejo del sistema de transporte público, TransMilenio.

Gestión: Sostienen que ha habido un estancamiento en la ejecución de proyectos y una falta de liderazgo para enfrentar los desafíos de la capital.

Aunque la iniciativa contra Galán es un reflejo del descontento ciudadano, el éxito de la revocatoria es considerado por la mayoría de los analistas como un escenario poco probable.