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Triunfo Diplomático y Cultural en la UNESCO: EL CAFTÁN MARROQUÍ PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

La embajadora del Reino de Marruecos para Colombia y Ecuador Farida Loudaya, luciendo el caftán marroquí.

 

Primicia Diario

El caftán marroquí, emblema de la elegancia y la tradición del Reino Alauita, ha sido oficialmente elevado a la categoría de tesoro mundial. Su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, lograda el 10 de diciembre de 2025 en Nueva Delhi, India, es celebrada como un rotundo éxito diplomático y un profundo reconocimiento a la identidad cultural marroquí.

La Embajada de Marruecos en Colombia y Ecuador, liderada por su Excelencia, la embajadora Farida Loudaya, ha destacado la importancia de este hito que trasciende las fronteras, llevando la riqueza del arte textil marroquí a la esfera global.

El Saber Hacer de Ocho Siglos

El expediente, inscrito bajo el título «El Caftán Marroquí: artes, tradiciones y saber hacer»Moroccan Caftan: art, traditions and skills»), abarca mucho más que una simple prenda de vestir. La UNESCO ha validado el complejo cultural y artesanal que ha evolucionado a lo largo de más de ocho siglos:

El caftán es la vestimenta de gala por excelencia, un poderoso símbolo cultural e identitario que une a la comunidad, promoviendo la cohesión social y la diversidad regional en celebraciones cardinales como bodas, bautizos y rituales.

La UNESCO reconoce explícitamente la tradición y las habilidades transmitidas de generación en generación. Esto incluye el arte de los tejedores y sastres, así como el talento de los artesanos especializados en las ricas decoraciones, que incorporan bordados, lentejuelas y pedrería mediante técnicas ancestrales.

La prenda se reafirma como una túnica larga y antigua, usada por personas de todas las edades y géneros, con su origen y evolución estilística firmemente arraigados en la cultura marroquí.

Posición Marroquí

La inscripción, lograda durante la vigésima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, se produjo en medio de una notable tensión diplomática con Argelia. La delegación argelina intentó introducir enmiendas para clasificar el caftán como patrimonio «compartido».

No obstante, tras un intenso debate y el firme respaldo de una amplia mayoría de países a la posición de Marruecos y al dictamen técnico de los evaluadores, Argelia finalmente retiró sus objeciones. Este desenlace permitió la inscripción del caftán a nombre del Reino de Marruecos, un hecho que la embajadora Farida Loudaya puede presentar como un reconocimiento a la rigurosidad histórica y cultural del expediente marroquí.

Con este reconocimiento, Marruecos reafirma su compromiso con la salvaguardia, valorización y transmisión de las habilidades vinculadas al caftán, sumándolo a otros patrimonios inmateriales ya mundialmente reconocidos como el malhún, el cuscús y la plaza de Jemaa el-Fna.

Aunque sus raíces son antiguas, el caftán marroquí que conocemos se forjó principalmente en los siglos XVII y XVIII, alcanzando su máximo esplendor cultural en Marruecos.A mediados del siglo XX, diseñadores como Yves Saint Laurent lo popularizaron en Occidente. Elizabeth Taylor