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TANJA NIJMEIJER: DE MESERA Y PROFESORA A GUERRILLERA. REPORTAJE DESDE LA HABANA

La guerrillera conocida en las  filas como Alexandra Nariño, participando en el encuentro de paz en Cuba.

 

Dick Emanuelsson

La Habana

Especial para Primicia

 

 

Estamos en La Habana siguiendo las conversaciones en este Diálogo para la paz en Colombia. Una, entre todos los guerrilleros, alcanzó mayor fama para la prensa nacional e internacional, estamos hablando con Tanja Nijmeijer  conocida en la guerrilla como Alexandra Nariño.

 

No es colombiana, es internacionalista de origen holandés y su caso es como fue el de muchas delegaciones internacioles en la década del ’30, mediados del 30, que se fueron a España como brigadistas internacionales para defender a la República española del fascismo que estaba resurgiendo en todo el continente europeo. Fascismo italiano, alemán y claro, también el fascismo español representado por el generalísimo Franco.

 

¿Cómo te sientes, Alexandra, dejando la tierra, la selva colombiana, la montaña?

 

 Yo vine a la guerrilla colombiana prácticamente por una coincidencia. Vine a Colombia a hacer una práctica para la universidad y escogí a Colombia casi por casualidad. Yo pienso que de cualquier forma, si no hubiera terminado luchando en Colombia, hubiera terminado luchando en Holanda, en España, en cualquier país del mundo. A todo el mundo le parece tan raro que una muchacha venga a Colombia y yo pienso que el mundo con sus países como tal ya no existe.

 

¿Se cuestionan que es una holandesa que viene a luchar a las selvas colombianas y eso es algo que también fue bastante cuestionado en la prensa holandesa?

 

– Si, yo pienso que eso corresponde a una agudización de la lucha y estoy hablando más que nada de la lucha mediática. Leyendo los diarios del Che o leyendo su biografía veo que tenemos muchas cosas en común.

 

¿En el primer bombardeo que tú viviste en los años 2004 ó 2005 dejaste también tu diario los militares empezaron inmediatamente a traducirlo?

 

– Primero que todo ese diario no fue cogido después de un bombardeo sino después de un asalto. Pero es cierto, allí quedó mi diario y yo en esa época ya tenía como dos o tres años en la guerrilla. Usted se imaginará que el proceso de una persona que viene de Holanda y que ingresa a la guerrilla colombiana no siempre es fácil, entonces yo todo lo escribía en mi diario, en holandés. En ese diario yo digo 6 ó 7 frases negativas, de personas que no me caían bien o que hacían cosas que a mí no me gustaban. Esas 6 ó 7 frases, en todos los medios, les montaron una manipulación mediática y eso se convirtió en la punta de lanza de una gran campaña mediática.

 

Me imagino que viniendo de una vida como la de Holanda y empezar a hacer fila india allí en las trochas en la selva colombiana eso es duro ¿no?

 

– Si eso es duro, digo que la parte física es dura pero para mí no ha sido lo más duro. Yo pienso que uno con meterse en psicología y meterse en moral, con lo físico puede hacer de todo. Lo que para mí ha sido más difícil es que cometí el error de pensar que la guerrilla era perfecta. Una guerrilla campesina, comunista pero uno llega y se encuentra con pueblo. Ahí hay campesinos que llegan a la guerrilla con todos sus defectos y traen vicios de la sociedad civil y eso chocaba conmigo. Fue lo más difícil para adaptarme. Yo en esa época no tenía el entendimiento como para comprender a la gente, cómo había sido su vida antes de ingresar y para ese proceso de entendimiento he precisado varios años.

  Uno de los guerrilleros es el novio de  Tanja Nijmeijer

Entonces ¿en qué año te incorporaste a la lucha guerrillera?

 

-Empecé a trabajar con la milicia en Bogotá en diciembre del 2002 yo creo. Estuve unos 6 meses trabajando allí cuando después me dan la opción de quedarme estudiando en a la ciudad o que vaya al monte. Me dan un curso de 6 meses, eso habrá sido en abril de 2003 y yo dije que quería conocer el monte también. Porque entre otras cosas tenía muchas dudas todavía. Es muy difícil de un día para el otro cambiarle la visión a las cosas y no comerme el cuento de lo que dicen los medios. Al llegar al monte, en abril 2003 fui comprobando que en la guerrilla había muchachos, enfermería, cursos, veía una guerrilla en pleno desarrollo, escuchaba las historias de la gente y fue cuando dije “yo aquí me quiero quedar”.

 

Yo te escuchaba relatando que también, además de estar estudiando en la universidad, también trabajabas en Holanda como mesera. Un trabajo duro, con tacos altos, con una sonrisa hacia los clientes, o sea, un cambio demasiado brusco.

 

-Usted dice el cambio de ser mesera y profesora a ser guerrillera,

 

Sí, claro, cambiar los tacos altos por los cauchos (botas guerrilleras).

 

Sí, pero me acuerdo esa primera época en la guerrilla, a mi me daban un machete y yo no sabía que hacer con eso. O debía lavar las botas y no sabía cómo hacerlo. No sabía nada, pelar un plátano o hacer un arroz pero de alguna forma el proceso fue muy natural. Mis primeras experiencias en la guerrilla, recuerdo que siempre tenía un grupo de guerrilleros al lado haciéndome preguntas. Pero el proceso fue natural no fue un choque tan brusco.

 

¿Y siempre te ayudaron?

 

– Claro, yo me acuerdo la primera ranchada (la cocina del campamento guerrillero), la primera vez que me tocó cocinar para toda la guerrillerada, esas son comidas para 30, 40, 50, 80 ó 120 personas. Éramos tres rancheros.

 

Te tenías que levantar a las 3 ó 4 de la mañana.

 

Ajá, primero me tocó que los guerrillero tuvieran que llevarme para la rancha porque yo me perdía en cualquier parte. Y después llegué a la rancha y no sabía qué tenía que hacer, entonces los otros guerrilleros rancheros me miraban y me acuerdo tanto. Me decían “usted mamita, que se viene de la ciudad y que mira todo delicada, vaya y siéntese ahí, solamente mira lo que hacemos nosotros y así vas aprendiendo” Me acuerdo que me senté pero me sentía muy mal de verlos a ellos trabajando y yo que no sabía hacer nada. Era como inútil y me quedé dormida.

 

Ahora tienes la rutina de ser la ranchera.

 

Ahora soy una experta culinaria.

 

¿El machete lo manejas ahora como El Zorro?

 

Si.

 

¿Había muchos combates? Se había roto el proceso de paz un año antes, en febrero de 2002 y en agosto del mismo año apareció el señor Uribe. El cambio entre Pastrana y Uribe que declaró guerra total contra la insurgencia ¿Se notó entonces ese cambio con el aumento de combates?

 

– Eso fue un cambio muy brusco dentro de la guerrilla, porque cuando yo ingreso todavía estábamos en un campamento estable. Estaba entre otras cosas dictando un curso de inglés, se podía en esa época, los alimentos llegaban en carros, todavía. Duramos unos meses así y cuando se declaró la guerra a la insurgencia yo me acuerdo todavía cuando empezaron los primeros bombardeos y me acuerdo cuando fue el primer asalto al campamento del “Mono Jojoy”, donde yo me encontraba.

 Tanja Nijmeijer. La guerrillera holandesa

¿El bombardeo donde murió el “Mono Jojoy” como fue? Nosotros hemos hecho entrevistas a otros guerrilleros que también estuvieron y contaban que eran bombardeos de 48 hs. bombas de media tonelada de explosivos.

 

Sí, eso fue el bombardeo más duro que yo haya vivido en la guerrilla, porque le dieron con todo. La cantidad de bombas que cayeron esa noche fue como el equivalente a la amenaza que representaba para ellos el “Mono Jojoy”; para el gobierno y para la clase gobernante. Ese bombardeo fue duro, no fueron 48 hs continuas, el primer bombardeo fue el más duro y era ya para matarlo con toda la saña del caso. Salimos, empezó el desembarco y de allí para adelante, porque nosotros no salimos de la zona, la guerrillerada empezó a pelear con los soldados que habían desembarcado y después empieza una pelea muy tenaz.

 

¿Cómo se siente? Yo he pasado alguna vez ese sobrevuelo de helicópteros o aviones a 50 ó 100 metros y uno se siente, realmente muy temeroso, uno es reportero y no guerrillero. Me imagino lo que debe ser el miedo de la primera vez en el combate.

 

-De alguna forma, cuando uno ingresa lo que quiere dar es la vida para esa causa. En esos momentos no voy a decir que es una experiencia alegre, no, lo único que yo sé es que siento la rabia por la forma cobarde en que ellos están llevando a cabo esa lucha. Porque uno está en la trinchera, obviamente uno no puede hacer nada, solo esconderse.

 

Todos los guerrilleros que uno entrevistan hablan de la familia, del lugar donde nacieron, las circunstancias económicas que padecieron, como fueron de niños, jóvenes hasta que crecieron y se integraron a las filas de las FARC o el ELN. Todos dicen “yo dejé mi familia biológica pero tengo una familia nueva”. ¿Tú lo sientes así también?

 

– Yo estoy de acuerdo con lo que dicen que es la segunda familia de uno, pero en realidad es algo más que eso. O sea, yo no quisiera hacer una comparación entre la familia de uno y los camaradas de las FARC. Es una relación muy diferente, uno convive 24 hs pero aparte usted vive unas experiencias muy duras, intensas, eso crea unos lazos que yo casi ni se explicar porque en la vida civil no se da ese tipo de relación.

 

Los momentos difíciles, duros, en el combate o lo que sea, la falta de comida por ejemplo, porque están cercados por el ejército ¿Es ahí donde se sienten los lazos de hermanos?

 

– Si, los guerrilleros tienen una virtud muy grande, yo no sé cómo hacen pero en los momentos más difíciles es donde les sale la chispa para hacer bromas, hablar de cualquier cosa para contentarlo a uno. Si uno tiene hambre, hacen cualquier chiste y uno se olvidó del hambre, eso es muy bonito del guerrillero, que no se deja achatar por nada.