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EL FRACASO DEL SATÉLITE COLOMBIANO


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Colombia se quedó sin el espacio para poner en órbita un satélite

 

Gerney Ríos González

Editor Internacional

Primicia

 

A finales del siglo XX planteamos en El Integrador Andino que de llegarse a convertir en realidad nuestro proyecto satelital, estaríamos a las puertas de un gran cambio en materia de telecomunicaciones, superior a la producida en nuestra forma de vida e idiosincrasia, por la aparición masiva de los mercados, de aparatos de radiodifusión transistorizada, a través de la cual el siglo XX llegó por primera vez a entrar en contacto con los más apartados rincones, generando una serie de fenómenos sociales, con sus respectivas consecuencias geosocioculturales.

El mundo contemporáneo es fundamentalmente un macro espacio comunicativo, un universo de posibilidades de comunicaciones que en conjunto hace posible un estilo diferente de vida al cual esta indoamerica en ebullición tiene derecho a aspirar, y acceder si queremos dejar atrás nuestro modus vivendi.

Sin comunicaciones no hay posibilidad de desarrollo económico y este presupuesto que parecía exagerado, debemos tenerlo en cuenta para cualquier análisis que hagamos acerca del futuro tanto de cada uno de nuestros países como de la subregión andina en su conjunto.

En el siglo XXI, el VRSS-I Miranda ha pasado sobre los cielos o atmósfera colombiana, en varias ocasiones. Su órbita fue calculada por funcionarios expertos entre el 11 y 13 de enero de este año y no se sabe si “el Miranda” fue enviado por el gobierno de la  República Bolivariana de Venezuela a fotografiar nuestro territorio o simplemente lo hizo como observador ocasional. De todos modos ha surcado el espacio que nos pertenece y hasta donde se sabe no despierta sospechas.

Mientras nuestro vecino del lado oriental tiene “el Miranda I” Colombia si tuvo durante 22 días dependiente de la Agencia para el Espacio un observador universitario en 2006. Estamos hablando de satélites. Y en este asunto el rezago es bien notorio y preocupante en el Tercer Milenio. Por ejemplo, tuvo asignado el satélite Libertad I de un kilogramo, apenas más grande que un cubo de Rubik, que compró la U. Sergio Arboleda. Quedó en órbita en 2007 y lo único que hizo fue lanzar una señal de  radio en 22 días. Luego se quedó sin energía y mudo.

El país en materia satelital está en pañales frente a las naciones del entorno latinoamericano. México tiene en el espacio nueve aparatos de comunicación y observación, 2 universitarios y un centro de lanzamiento; Venezuela maneja el “Miranda I”; Nicaragua tiene uno de comunicaciones y estará en órbita en 2015; la agencia espacial civil ecuatoriana construyó artesanalmente  un pequeño satélite encargado de transmitir imágenes; Perú tiene otro en trámites de licitación; Chile posee dos pequeños y uno de  observación; Argentina a través de su Comisión Nacional de Actividades Espaciales (1991) tiene un satélite de comunicaciones geoestacionario, 4 de observación y astronómicos fabricados allí y  un cohete que se perfecciona actualmente; Bolivia con su Agencia Espacial adquirió un satélite made in China que pondrá en órbita este año, Brasil, el gigante del sur tiene 9 de comunicaciones geoestacionarias desde 1982, 4 de observación de tecnología propia y 2 centros para lanzamiento de cohetes.

Satelite mexicanoMéxico tiene en el espacio nueve satélites  de comunicación y observación, 2 universitarios y un centro de lanzamiento

 

Entre tanto, Colombia se quedó sin el espacio para poner en órbita un satélite. Lo conocido es que alquila esos servicios a la red de fibra óptica nacional para servir a 1.078 municipios a mayor velocidad. El proyecto Satcol fracasó en su objetivo de llevar Internet a regiones lejanas y coadyuvar en las comunicaciones  de las fuerzas militares a través del Ministerio de Tecnologías de la Información y aprobado por el Conpes con una licitación que no se concretó. Lo que siguió fue la pérdida del espacio cedido a Colombia por la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Como siempre, triunfó la negligencia oficial.

Mientras la región avanza con sus programas satelitales, los colombianos nos resignamos a ser observadores de esos progresos tecnológicos. Así las cosas, la Comisión Colombiana del  Espacio CCE-, dependencia adscrita a la Vicepresidencia de la República no tiene recursos económicos ni capacidad de ejecución o realidades administrativas. Sin embargo se sabe que la CCE creará en breve la Agencia Espacial, con todas las facultades y presupuestos. Solo así avanzaría el país para ponerse a la par con sus vecinos latinoamericanos.

Los datos técnicos del “Miranda I” venezolano, a través de su Agencia Bolivariana de Actividades Espaciales, son los siguientes: altura 639,5 kms, dos cámaras panorámicas de alta resolución con cobertura de 57 kms de ambos, 2 cámaras de mediana resolución y seguridad del territorio, vigilancia de fronteras, gestión ambiental, de riesgos y vigilancia a la minería ilegal. ¿Nos espían? ¡Quién sabe!.

SATELITE venezolanoVenezuela maneja el “Miranda I”