El pundonor militar alcanzó en este distinguido oficial del Ejército colombiano, Fernando Tapias Stahelin su punto más alto. Le venía de sus ancestros el respeto por las ideas ajenas, las cuales, sino compartió, pudo ofrecer su vida en la defensa del derecho a ser expresadas.

Gerney Ríos González

Especial

Primicia Diario

El pundonor militar alcanzó en este distinguido oficial del Ejército colombiano su punto más alto. Le venía de sus ancestros el respeto por las ideas ajenas, las cuales, sino compartió, pudo ofrecer su vida en la defensa del derecho a ser expresadas. Su idiosincrasia lo llevó a ser diferente para apreciar el valor de la palabra y la personalidad de cada cual. Su recio carácter de hombre de bien, es una de las principales facetas presentes en mi mente, ahora que su ausencia definitiva nos aleja de su acrisolada amistad. Le conocí en mi condición de soldado en la escuela de infantería – batallón Miguel Antonio Caro.

Rindo tributo de amigo a un soldado cuya integridad resiste toda prueba. El general Fernando Tapias Stahelin honró las filas, los cuarteles y las avanzadas de nuestro Ejército, ese mismo que formó El Libertador y padre de cinco repúblicas del Continente indoamericano. Conocimos de cerca su amor patriótico, sus desvelos y los esfuerzos para formar hombres íntegros que fueran en el transcurso de la historia militar colombiana, los guardianes de la heredad, la luz en la poterna de la nacionalidad.

En el ritmo constante de la actividad castrense, el general Fernando Tapias Stahelin aportó sus luces mentales, para encontrar los caminos más ciertos en la profesionalización de todos y cada uno de los hombres bajo su mando. Que no fueron pocos, en el transcurso de su larga y fecunda vida en el Ejército, al cual entregó sin fatiga lo más granado de su existencia. Le venía de la sangre de sus mayores, servir a la patria en la fatiga permanente de las filas en la geografía nacional.

Nos tocó en suerte iniciar con el general Tapias Stahelin la promoción, difusión y enseñanza de los Derechos Humanos, en una época cuando la negación de tan elementales principios, propiedad de los hombres sobre la faz de la tierra, era pan cotidiano por parte de omnímodos funcionarios, gobernantes ignaros o en el peor de los casos de una fuerza pública mal preparada, sin instrucciones sobre el respeto que merecen los derechos ajenos.

Con el “infante de oro”, cuya ausencia golpea de verdad nuestro corazón, avanzamos en la cátedra de los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario para hacer menos tortuoso el sendero del conflicto interno colombiano y dimos los primeros pasos para  la  implantación académica de la sociología para la paz. Todo lo proyectado  ayer sobre el tema es una huella en las conversaciones de la Habana. La semilla de los diálogos fue sembrada por este buen soldado, Tapias Stahelin cuyas enseñanzas recogí en su oportunidad histórica.

Regresan los recuerdos y aparece nítido el epicentro de las lecciones del general Tapias; fue la escuela de caballería – cantón norte del ejército, el escenario propicio para la participación, apertura y prédica de la dinámica académica por la globalización, Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Reconozco lo afortunado de compartir cátedra con el general Fernando Tapias en tan apasionantes temas y defensa de la Humanidad.

Los expositores que acompañaron nuestra enseñanza, fueron miembros del disuelto M-19 que ingresaron a la sociedad del momento para iniciar su rehabilitación, tras la entrega de las armas. Así, la democracia los premió: Everth Bustamante fue director nacional de Coldeportes, Otty Patiño entró a dirigir el observatorio sociológico de la Alcaldía Mayor de Bogotá; Vera Grave acudió a los estrados académicos y culturales. El Estado respiró seguro.

Las lecciones humanísticas del general Tapias Stahelin y quien esto escribe, igualmente fueron socializados por destacados oficiales del Ejército, quienes prestaron invaluable ayuda desde distintos frentes de su actividad a la paz y aporte intelectual, generales Álvaro Valencia Tovar,  Jorge Enrique Mora Rangel, Juan Salcedo Lora, Freddy Padilla de León, Ramón Eduardo Niebles Uscategui, Rafael Horacio Ruíz Navarro, Alejandro Navas Ramos y Leonardo Barrero Gordillo; otros, actualmente en actividad,  generales Alberto Mejía Ferrero, Jorge Eliécer Suárez Ortiz, Adelmo Orlando Fajardo y Jorge Arturo Salgado Restrepo. Y ademas, magistrados, procuradores, fiscales, jueces, todos inmersos en el aprendizaje por los caminos de la reconciliación nacional. Integración prospectada por el general Tapias.

MODERNISMO

Reconocemos en el general Fernando Tapias Stahelin, el artífice de cambios estructurales y modernos en las fuerzas militares. El poderío naval y aéreo se le debe a su visión de las necesidades de esa aplicación, frente a las dotaciones similares de otros países latinoamericanos. Pero es vital su desempeño al inculcar el respeto por los Derechos Humanos y la observación rígida por parte de los combatientes del conflicto interno colombiano del Derecho Internacional Humanitario.

Tapias Stahelin fue comandante de las fuerzas militares en el periodo 1998 – 2002. Dedicó 41 años de su vida al Ejército y lo sorprendió la muerte en Estados Unidos. Un fulminante paro cardio-respiratorio terminó con su existencia, valiosa ciertamente, en beneficio de su Patria. Lideró en servicio activo el mejor proyecto de modernismo en la fuerza pública. Pero también sus acciones contra los grupos al margen de la ley tienen sellos meritorios.

También actuó en la recuperación de El Caguán rotas las negociaciones, tras las bajas de Miraflores, Patascoy y Las Delicias. 42 mil kilómetros volvieron a poder del Estado. El general Tapias desempeñó el viceministerio de defensa; fue comandante de las fuerzas militares en una época crucial de la historia contemporánea de Colombia. En el transcurso de su carrera recibió 60 condecoraciones por acciones valerosas del servicio. Rememoramos que Tapias de 2008 a 2010 organizó 18 empresas que hacen parte esencial del grupo social de la Defensa.

Se ha marchado, con un hasta luego, un amigo, el compañero, el aliado en la cátedra por los Derechos Humanos, el luchador por la paz y la conclusión de la guerra interna que corona tristemente más de cincuenta años de zozobra, miedo, despojos y desplazamientos humanos: La muerte del destacado colombiano nos golpea el alma. Nuestro saludo de condolencia a su entorno.

Descanse el general Fernando Tapias Stahelin, con un parte de victoria: Misión cumplida, por el bien de Colombia. Paso de Vencedores.

Descanse el general Fernando Tapias Stahelin, con un parte de victoria: Misión cumplida, por el bien de Colombia. Paso de Vencedores.