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HALLAZGOS EN EL TÚNEL DE LA LÍNEA

tunel 1Gracias a una caracterización geológica, geoquímica y de estructura interna en la Cordillera Central de Colombia, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional detectó una serie de fracturas internas en la montaña donde se realiza el Túnel piloto de La Línea hacia el portal Tolima. El hallazgo se convierte en un reto para los ingenieros constructores del túnel principal. Foto Efraín Herrera. 

 

Carlos Andrey Patiño,
Especial

La montaña donde se construirá el Túnel de La Línea, que conectará al centro de Colombia con el Pacífico de forma más rápida, es una obra que se transforma todos los días y que requiere de un monitoreo permanente por estar en una zona afectada por fallas geológicas, como las del sistema de Romeral. El desafío para los ingenieros será enorme, en la medida que serán varios los tipos de rocas internas, algunas inestables, por donde se construirá la gigantesca obra.

Así resume el profesor Thomas Heinrich Cramer, del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia, el tipo de terreno donde se construye uno de los proyectos de infraestructura más importantes de la historia del país, y sobre el cual recaen todas las miradas, no solo de los sectores económicos, sino de los científicos, ávidos de seguir sacando información del sitio.

Fueron precisamente los nacientes científicos de Geociencias de la Universidad Nacional, los que se interesaron en los secretos de la Cordillera Central. Hace unos dos años, varios estudiantes, por iniciativa propia, comenzaron a analizar detalladamente las condiciones mineralógicas, petrográficas y estructurales de la montaña de La Línea, aprovechando la ventana abierta por el túnel piloto.

El apoyo les llegó con la aprobación de un proyecto dirigido por el profesor Cramer y que les brindó recursos de la Dirección de Investigación de la Universidad Nacional  en Bogotá para internarse en la montaña. De esta forma, comenzaron a generar datos valiosos, que dan una mirada complementaria a la de los geólogos contratados por la firma que construyó el primer túnel.

Daniel Gómez, estudiante de Geociencias y parte del grupo de investigación, asegura que pocas veces se presenta una oportunidad de este tipo, escudriñar el centro de una cordillera y poder extraer roca fresca y expuesta a 800 metros por debajo de la superficie. En este trabajo también participan los profesores Carlos Zuluaga, Juan Carlos Molano y Andreas Kammer. Los colegas destacan, además, el trabajo de la geóloga Lorena Rayo, que califican de excelente, según dice Cramer.

«Por lo general, trabajamos a través de observaciones en la superficie y pocas veces de sondeos y perforaciones que nos permiten observar las características generales de la montaña. Gracias al túnel piloto podemos ver a nivel macro toda esa información que ya existía sobre ese terreno. Estamos en un margen continental activo, donde choca la placa oceánica de Nazca con la de América del Sur. Esto implica que las rocas sufren cambios permanentes de presión, de temperatura, de textura y de composición», detalla Gómez.

Características

El futuro túnel principal de La Línea, que con unos 8 kilómetros se convertirá en el más largo de América Latina, pasará por diferentes tipos de roca. Cramer comenta que uno de los principales problemas que existen en Colombia para el estudio petrográfico es la difícil topografía, la fuerte meteorización y la densa vegetación que esconde la geología original.

Con la apertura del túnel piloto se pudo confirmar buena parte de la información registrada, pero también se pudo ir más allá y llegar a otros tipos de conclusiones. Por ejemplo, hacia el portal en la zona Tolima, en la parte inicial de las excavaciones, se halla un pórfido, compuesto por rocas intrusivas de origen magmático que se emplazaron dentro de la cordillera. Este tipo de material puede adquirir relevancia económica, porque a su alrededor se pueden formar depósitos de cobre y oro, entre otros metales preciosos, sin que esto signifique que en el lugar haya reservas de este tipo.

«Nos interesa ver si estas mineralizaciones que trabaja Daniel pueden tener, primero, algún valor económico, aunque es poco probable que ahí se vaya a formar una mina de oro, pero puede estar relacionado con los famosos depósitos de la mina La Colosa, supuestamente uno de los hallazgos mineros más grande de Colombia. A nosotros lo que más nos importa es el punto de vista geológico, ver si hay conexiones, entender estos procesos, a los pórfidos, a las rocas sedimentarias y metamórficas de origen continental u oceánica que forman a la Cordillera Central, y en esto se ha avanzado un poco más», sostiene el profesor Cramer.

La Cordillera Central representa un gran desafío para cualquier proyecto de túnel, asegura el docente alemán radicado en Colombia. No está compuesta por roca dura y homogénea, y además contiene muchas heterogeneidades que se conectan entre sí por un sistema de fallas bastante complejo. «Todo eso hay que conocerlo y entenderlo muy bien para poder manejar un túnel con las características del que se proyecta en esa zona».

El estudio de esa pequeña entrada al centro de la montaña les entrega información a los científicos para comprender buena parte de lo que pasa en esa área de la Cordillera Central. Daniel Gómez indica que cuando se comenzó a registrar la geología por la que cruza el túnel piloto, se evidenciaron los problemas estructurales que puede tener la construcción del túnel definitivo.

«Son problemas bastantes serios. Son rocas metamórficas, que están muy retrabajadas, que tienen muchos planos de debilidad y fracturas, por las que se filtra mucha agua. Hay sectores donde el material está muy suelto y, en determinado momento, podría afectar la estructura del túnel, como los arcos y la estabilización misma, si la ingeniería no está a la altura», analiza el investigador.

Actualizan datos

Uno de los aspectos que han encontrado los geólogos en el campo de trabajo es que la cartografía de la zona que manejaron los ingenieros está equivocada en lo referente a las unidades geológicas que sirven de guía.

«Aún, de manera interrogada, pensamos que está mal catalogado el tipo de roca que hay en los planos y mapas de la zona, con respecto a lo que hay en el interior de la montaña. Uno va a campo y, sobre la superficie, pareciese que se hallara lo que los mapas muestran; pero esa superficie está muy meteorizada y la roca está muy alterada como para saber a ciencia cierta lo que hay», describe Gómez.

Agrega que «no hay una concordancia completa con la cartografía existente, eso significa que se debe revisar más exhaustivamente el sitio. Es como un médico cuando le hace una tomografía al paciente, y la tomografía muestra algo muy diferente al diagnóstico inicial del médico».

Entre tanto, Thomas Cramer dice que en la Cordillera Central se han desarrollado varios proyectos de investigación, cuya información debe juntarse con rigurosidad científica. «El Túnel de La Línea es un proyecto  importante para el país, que tiene muchos riesgos para los consorcios que lo construirán. Por eso, es determinante caracterizar bien la montaña y saber a qué nos enfrentamos. Es importante que se sigan analizando los ocho kilómetros de núcleos de perforación acumulados durante la construcción del túnel piloto y se acompañe geológicamente la construcción del túnel principal, después de finalizar la licitación. Además, se requiere de una buena colaboración con los responsables de Invías».

El científico alemán está abierto a debatir estos resultados con otros grupos de investigación. Hace un par de semanas viajó para presentar los resultados preliminares de este proyecto en la Conferencia de la Asociación Mineralógica de Alemania, también con el objetivo de buscar respaldo para ampliar la investigación sobre este y otros temas. «Son muy distintos los puntos de vista de ingenieros y geólogos, pero tienen que complementarse a fin de llegar a buenos resultados», enfatizó Cramer. Por eso se colaboró también con geólogos e ingenieros de rocas de las sedes de Bogotá y Medellín de la Universidad Nacional.

Sobre la viabilidad de la obra del Túnel de La Línea, el Grupo de Investigación de la Universidad Nacional prefiere ser cuidadoso a la hora de emitir un concepto.

«Nos toca tener más información para decir si se puede o no construir la obra. Lo cierto es que hemos traspasado el túnel, tomado varias muestras de rocas y estudiado muchos datos estructurales. Podemos decir que, en términos generales, la montaña es estable en su geología, y si el túnel se construye con todo el rigor de calidad, no habrá problemas. Existe un riesgo natural por estar en una zona de muchas fracturas, problemas controlables con una buena ingeniería», concluyen los investigadores.

tunel 0«No hay una concordancia completa con la cartografía existente, eso significa que se debe revisar más exhaustivamente el sitio. Es como un médico cuando le hace una tomografía al paciente, y la tomografía muestra algo muy diferente al diagnóstico inicial del médico».Foto Efraín Herrera. 

vargas dorEl contratista de la megaobra le explica al presidente Santos sobre el avance de la misma. El vicepresidente Germán Vargas Lleras, prefiere cerrar los ojos, por cuanto se sabe de memoria los argumentos. En el fondo la gobernadora de Quíndio, Sandra Paola Hurtado, se queda pensativa.Foto Efraín Herrera.