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LA «BICI» , UNA HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

Prof. Mónica Dávila (4) (1)La profesora Mónica Dávila. Sin duda, el país registra un cambio en la incorporación de la bici como medio de transporte, pero persisten los problemas de planeación.

 

 

 

 

 

 

Patricia Avendaño

Especial

 

La bicicleta es más que una opción de desplazamiento, representa un estilo de vida y para dos profesores universitarios, también es una poderosa herramienta de aprendizaje entre sus estudiantes.

Aunque no pertenecen a los mismos colectivos, son reconocidos en la Universidad Cooperativa de Colombia de Bogotá por su carácter innovador, su compromiso académico y su coherencia cívica con este modo de transporte

Sus profesiones son bien distintas: Carlos Alberto Castillo Beltrán es administrador de empresas y dicta clases en Empresa, mientras que Mónica Dávila Valencia esmagister en Educación y dicta Psicología ambiental o Psicología del entorno.

El profesor Castillo Beltrán considera que, «he logrado percibir cambio al actuar en colectivo, ya que en torno a ella se pueden desarrollar vínculos sociales interesantes (…), pues montar «bici» no es simplemente tener una y pedalear, esto es mucho más, es generar espacios, grados de enseñanza autónoma y referentes positivos o como modelo o estilo de vida”.

Dice que como método, por ahora está poco establecido y que es necesario construir algo más robusto. «El proceso sistémico del método puede generar elementos muy efectivos para expandir conceptos básicos de conocimiento del individuo y su entorno». Él dirige el programa Monitores Solidarios, un voluntariado que hace uso de la bicicleta para actividades alternas y consolidó el proyecto «EnBiciate» a dos ruedas con los estudiantes Alexandra Villada Garzón, Diana Paola Robayo y José David Quintana.

«Esta idea busca optimizar el tiempo en el desplazamiento entre bloques de la Universidad Cooperativa de Colombia sede Bogotá, brindando una solución a las problemáticas de movilidad, a un bajo costo ambiental, y que a su vez estimulan la actividad física de los estudiantes», indicaron Alexandra Villada y José David Quintana.

Indica que, «si enseñamos en aula el respeto por los demás desde el rol que sea, podemos educarnos de una forma más armónica la cual permite reconocer al otro como alguien de valor y que tiene los mismos derechos y no es necesario sobrepasarlo en ningún aspecto. El respeto es algo que necesitamos incorporar en el aula».

Sin duda, el país registra un cambio en la incorporación de la bici como medio de transporte, pero persisten los problemas de planeación.

«Si bien Bogotá es la ciudad Latinoamérica con mayor kilometraje de ciclovía, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (2016), es necesario realizar conexión entre ciclorrutas, continuar algunas y realizar otras en lugares importantes», explica el profesor Castillo Beltrán.

Comenta que, «Existe la posibilidad de desarrollar un sistema integrado de bicicletas  (SIB) por todo la ciudad, como existen en la mayoría de países europeos dando prioridad  a este vehículo; pienso que todo radica en cuestión de cultura ciudadana y un pensamiento amplio sin interés monetario e individualista».

La psicología y la «bici»

Entre tanto, la profesora Mónica Dávila dice que, «la ciudad se convirtió en un ícono mundial por el acelerado uso de la bicicleta. Según la Encuesta de Movilidad del año pasado, en 2011 se registraron 281.424 viajes, en 2015 fueron 575.356 y aunque para 2016 no hay datos oficiales, se calcula que pueden ser 580.000».

 Indica que hay 376 kilómetros de ciclorrutas que permiten una movilidad no del todo completa ni del todo segura y manifiesta que si bien el uso no disminuye, es necesario que los gobiernos de turno intervengan con «mejor infraestructura, seguridad, garantías como ciudadano de primera categoría, cumplimiento de la normatividad, diseño de políticas públicas, programas, proyectos, sistemas de bicicletas, apoyo a colectivos y visibilización del ciclista como un actor esencial de la movilidad», dice.

«Se requiere tener en cuenta diferentes tipologías de infraestructura según las zonas, algunas podrían ser (segregadas, compartidas, conexas a las calzadas, sobre separadores viales, etc)», explica. Concluye indicando que lo que requiere Bogotá es un plan estructurado de seguridad.

Mónica Dávila lleva sus estudiantes fuera del aula y realiza actividades en las cuales se analiza el comportamiento del ser humano con el uso de cebras, el respeto al peatón o la tolerancia con el ciclista.

Aun con el amor que le tienen, padecen los rigores de una infraestructura escasa y de la inseguridad, pero están lejos de renunciar a ella porque mantienen su propio «sueño amarillo», el de una ciudad más inteligente en su infraestructura para quienes usan la “bici” y más práctica, utilizándola como herramienta de enseñanza.

bicicAunque no pertenecen a los mismos colectivos, son reconocidos en la Universidad Cooperativa de Colombia de Bogotá por su carácter innovador, su compromiso académico y su coherencia cívica con este modo de transporte.

Prof. Carlos A. Castillo Beltrán (4)«Si bien Bogotá es la ciudad Latinoamérica con mayor kilometraje de ciclovía, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (2016), es necesario realizar conexión entre ciclorrutas, continuar algunas y realizar otras en lugares importantes», explica el profesor Castillo Beltrán.