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Papa Francisco: «ATRÉVANSE A SOÑAR, VUELEN ALTO»

El Papa Francisco, saludando a los jóvenes latinoamericanos reunidos en la Plaza de Bolívar.

 

 

 

 

 

 

Con la presencia de más de 20.000 personas, «cachacos, paisas, costeños, vallunos y de todos lados», El Papa Francisco rogó a los jóvenes que sepan enseñar a los mayores a perdonar y a dejar atrás el lastre del odio. El papa saludó con un «¡La paz con ustedes!» y les dijo que «Dios los ama con amor de Padre y los anima a seguir buscando y deseando la paz, aquella paz que es auténtica y duradera».

«En este día les digo: mantengan viva la alegría, es signo del corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor. Nadie se la podrá quitar. No se la dejen robar, cuiden esa alegría que todo lo unifica en el saberse amados por el Señor», les manifestó el Papa Francisco.
Hizo un llamado a los jóvenes a «encontrarse» e ir más allá de las diferencias. «Les basta un rico café, un refajo o lo que sea como excusa para suscitar el encuentro. Los jóvenes coinciden en la música, en el arte… ¡si hasta una final entre el Atlético Nacional y el América de Cali es ocasión para estar juntos!», dijo el Papa.
En un tono más paternal, a los niños, jóvenes, adultos y ancianos les aconsejó: «Que las dificultades no los opriman, que la violencia no los derrumbe, que el mal no los venza», dijo.

El papa Francisco citó a Gabriel García Márquez, frases del himno nacional y dio una voz de esperanza para lograr la reconciliación entre los colombianos en la búsqueda de la paz.

 «Los pasos dados hacen crecer la esperanza, en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos».

 «Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo particulares y a corto plazo».

 «Cuanto más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento, más empeño hemos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente».

 «Se necesitan leyes justas que puedan garantizar esa armonía y ayudar a superar los conflictos que han desgarrado esta Nación por décadas; leyes que no nacen de la exigencia pragmática de ordenar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia».

Los animo a poner la mirada en todos aquellos que hoy son excluidos y marginados por la sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría y son postergados y arrinconados».

  «Ayer y hoy, posamos la mirada en las diversas etnias y los habitantes de las zonas más lejanas, los campesinos. La detenemos en los más débiles, en los que son explotados y maltratados, aquellos que no tienen voz porque se les ha privado de ella o no se les ha dado, o no se les reconoce».

 «También detenemos la mirada en la mujer, su aporte, su talento, su ser «madre» en las múltiples tareas. Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza».

 «Es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza… La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años; no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más».

 «Y quise venir hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso; este viaje quiere ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz».

 «Están presentes en mis oraciones. Rezo por ustedes, por el presente y por el futuro de Colombia».

 

El Papa orando a la Virgen de Chiquinquirá, en la Catedral Primada de Colombia.

Lleno total en la Plaza de Bolívar para recibir al Papa francisco.

La organización fue impecable. Los organizadores de la visita del Papa Francisco, se declararon satisfechos por el orden imperante.

El Papa Francisco, recibido por el clero de Colombia.

El Papa Francisco a su ingreso a la Casa de Nariño, donde fue recibido por el presidente Santos y la Primera Dama.

Los niños siempre están en el corazón del Papa y lo demostró en cada acto cumplido en Bogotá.

El Papa Francisco, atento al protocolo en la Casa de Nariño.

Entre el Papa Francisco y el presidente Santos

 arde perenne la llama de la paz.