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Maestro, revela: «SEBASTIÁN DE BELALCÁZAR NO FUNDO A POPAYÁN»

Sebastián de Belalcázar llegó a Popayán y la conquistó a sangre y fuego. Masacró nuestros indígenas. Sin embargo se le rinde homenaje con una estatua en uno de los cerros de la ciudad blanca.

 

 

 

 

 

 

LUIS JESUS SOLIS GOMEZ

Especial 

 
Es una lástima que los maestros de Colombia estamos siendo formados en normales y universidades de profesores tarados que adoran las colonizaciones y las conquistas y les rinden pleitesía y homenajes a los bandidos que por siglos han mantenido sometida a la humanidad por permanentes guerras y conquistas injustas y criminales.
 
A eso se debe que en las paredes de las aulas todavía aparecen las efigies y las imágenes de estos bandidos Alejandro Magno, Carlo magno, Sebastián de Belalcázar, Gonzalo Pizarro, Gonzalo Jiménez de Quesada, Alonso de Ojeda y otros bandidos a quienes los maestros todavía los vemos como héroes porque la educación y los valores que nos han enseñado desde niño nos han enseñado a adorar a los fuertes y a despreciar a los débiles.
 
Claro está que las autoridades, es decir los alcaldes por ser representantes de esa clase social a la cual han pertenecido los conquistadores, son los principales impulsores de decretos y resoluciones que le rinden homenaje a estos bandidos Belalcázar, Ampudia, Añasco, Bastidas, Ojedas y Balboas.
 
Por esta razón se acostumbra a celebrar cada año en una fecha determinada la fundación de ciudades que supuestamente fueron fundadas por los conquistadores, así por ejemplo, el 13 de enero dicen que se celebra la fundación de Popayán.
 
Los valores que nos inculcaron desde niños ayudan a generar estas ideas de la Ley del más fuerte, que generalmente nos lleva a pensar que el bueno de la película es el tipo, es decir el más fuerte, el invencible, Tarzán, Superman, Hércules y hombres fantásticos como Kalimán que saben hipnotizar y hacer magias, esos son los buenos y novela o película buena es aquella donde ganan los buenos y pierden los malos.
 
En la historia se le enseña por ejemplo a los niños que Alejandro Magno era un gran hombre porque era muy valiente y logró conquistar muchas tierras en Asia y en África; y ésta es otra características de los personajes estelares, que son muy valientes, los malos en cambio siempre son cobardes, el rey Darío de Persia era muy cobarde porque huyó en la batalla y entonces hacen aparecer a Alejandro Magno como un héroe porque venció a Darío y siguió sus conquistas. No se les ocurre pensar a estos idiotas qué pensarían las viudas, los huérfanos y los desplazados que quedaron en la miseria por culpa de estas injustas guerras de conquista.
 
Quién le dijo a esa bestia de Alejandro Magno que tenía derecho a conquistar, a matar, a desplazar y a desposeer a los pueblos conquistados?.
 
La historia que nos cuentan en cambio nos muestran a esos individuos, a esos conquistadores, como los salvadores de la humanidad, mientras que para justificar esas conquistas se trata de hacer ver todos los defectos del pueblo conquistados: «es que eran pueblos «atrasados», «carecían de cultura», «eran pueblos salvajes», se les llamaba también «bárbaros»; y entonces el conquistador tenía todo el derecho a conquistar a esos pueblos, porque así estos pueblos pasaban «de la barbarie a la civilización».
Esto fue lo que pasó con la conquista de América que no fue descubierta por Cristóbal Colón, sino por un indio llamado «Nadie», como dice el cantante Lukas en su canción América India, pero ellos, los historiadores, adoradores de reyes y príncipes, de caballeros y nobles: aman al príncipe y desprecian al plebeyo, adoran al rico y menosprecian al pobre, son grandes defensores del héroe y sienten asco por el villano, aunque este último, tan sólo sea lo que ellos dicen en los libros que escriben, porque en la historia que ellos han escrito siempre han hecho aparecer a los rebeldes como peligrosos bandoleros o indios salvajes o bárbaros espantosos.
 
Claro, lo que pasa es que esos historiadores han existido desde la época de la edad antigua, en que reyes y príncipes pagaban bufones que los hacían reír para olvidar sus «penas», pero además les pagaban por escribir historias del reino en los cuales debían escribir sólo que le convenía al rey que se supiera, de manera que para saber la verdad de que lo realmente pasó en aquellas épocas, hay que ser un poco incrédulo, buscar otras fuentes y acudir a la tradición oral para descubrir que fue lo que pasó con Margarita de Borgoña y el cachón de su marido, el rey Luis de Francia. 
 
Entonces, se puede entender muy bien por qué los bandidos españoles al llegar al «nuevo continente», traían sus propios cronistas que escribían sólo lo que les convenía que se supiera, y ellos supieron escribir esa historia que hoy los maestros repiten como loros delante de sus alumnos: «Cristóbal Colón descubrió América», «Jiménez de Quesada fundó a Bogotá», «Rodrigo de Bastidas descubrió el río Magdalena», «Sebastián de Belalcázar fundó a Quito, Pasto, Popayán, Cali, Neiva y otros pueblos como Timbío, Almaguer y Belalcázar Cauca». Ustedes sí se creen todas esas mentiras?.
 
Gracias a la formación revolucionaria que recibí de mis maestros en el Liceo Nacional, cuando digo maestros no me refiero sólo a mis profesores, sino a los líderes del Consejo Estudiantil y a otros maestros artesanos del Frente en Arte y literatura y los dirigentes del campeonato obrero, me enseñaron que no se debe creer la historia que han escrito estos eruditos de la historia prefabricada por los poderosos, que es preciso salir a indagar entre los humildes, entre los abuelos y buscar algunos libros no oficiales que aunque no son reconocidos por las reales academias de la historia, sí reflejan otra cara de la historia que nunca se  ha contado y nunca se contará.
 
Mi tesis de que el bandido Belalcázar no fundó a Popayán, la saqué de distintos libros como los Cacicazgos de Hëctor Llanos o Los Pubenenses de Carlos Vergara Cerón, quienes afirman que la ciudad ya existía cuando llegaron estos bandidos: «una ciudad bonita, muy bonita y poblada, donde existía un inmenso templo consagrado al ser desconocido que mandaba en el sol, la lluvia, el trueno, la luna, el tiempo y las estrellas; que castigaba los delitos y premiaba las virtudes. Que el sumo sacerdote se revestía de oro y pedrería en ciertas festividades de la cosecha o de la siembra, que se celebraban en determinadas épocas, y penetraba por el camino subterráneo hasta cerca de la entrada de fuego del volcán vecino, el temido y rugiente Puracé, donde había un enorme foso lleno de agua sagrada formando así una laguna en la cual se bañaba el cacique para dejar como ofrenda a la divinidad esas riquezas deslumbradoras».  (Vergara Cerón, Carlos: Los Pubenenses: 1958).
«Los cronistas de la conquista y los historiadores de la era moderna están acordes en afirmar que dentro del territorio  que hoy forma nuestra patria, desde Leticia hasta Turbo y desde Tumaco hasta Uribia, sólo encontraron los castellanos una ciudad densamente poblada, formada por el mas hermoso conjunto de edificios construidos con simetría, obedeciendo a un verdadero plan de urbanización, bulliciosa y alegre: Pubén»(Vergara Cerón, Carlos: Los Pubenenses: 1958).
 
«La ciudad estaba construida en madera  y sus templos, palacios y viviendas estaban protegidos por techos de paja, caprichosamente tejidos y rematados en lo alto con miradores y figuras ornamentadas. La capital ocupaba una extensa área urbana que comenzaba en las colinas de Barro Plateado y se extendía hacia el norte, circundando el potrero de El Ejido por los Sauces y Las Tinajas; seguía  paganos. «los españoles nos trajeron la lengua castellana, la religión católica y la cultura». Pero al final de estas líneas, nos queda otra conclusión importante: Sebastián de Belalcázar no fundó a Popayán. (Solís Gómez Luis Jesús: Los Pueblos del Cauca).
 
Cierto historiador dice en otro libro que los pubenenses eran indios salvajes que no tenían ninguna forma de organización y que vivían en las ramas de los árboles, esto quiere decir que estos indios no tenían ninguna forma de organización ni eran capaces de formar ejércitos. Pero entonces cómo se explica que Belalcázar haya fundado primero a Cali  (25 de julio de 1535) y después a Popayán (13 de enero de 1537), sabiendo que venían de Quito y debían pasar por Popayán, para llegar a Cali?.
 
Esto muestra que la resistencia de los pubenenses fue algo heroico y eso muestra que los pubenenses tenían formas de organización militar bien avanzadas. Vergara Cerón habla de una fortaleza que con mucha dificultad lograron derribar los españoles penetrando por una entrada que había dejado el Cacique Calicanto, quien salió a Pubén en busca de refuerzos, lo que le costó la vida al Cacique Sachacoco por cubrir la retirada. Esta fortaleza nos muestra un alto nivel de organización y conocimientos de defensa y atrincheramiento militar.
 
Entonces, señores historiadores, apreciados maestros y queridos y queridas estudiantes: empecemos a escribir de nuevo esa historia y bajemos de las  paredes esas láminas de Pizarro, Belalcázar y Robledo y vamos a colocar estatuas del Cacique Payán, del Cacique Yazgüén y no nos dé pena colocarle a nuestro aeropuerto o a nuestro barrio el nombre de esa hermosa india, hija del cacique Payán: MACHÁNGARA.
 
Y no nos dé pena repetir con el orgullo de esa nueva verdad inconfundible: SEBASTIAN DE BELALCAZAR NO FUNDO A POPAYÁN.

Historiadores de Popayán han solicitado el retiro de la estatua de Sebastián de Belalcázar del cerro de El Morro y en su reemplazo se coloque la estatua del cacique indígena puben que fue masacrado por las tropas de Belalcázar .