En las temporadas de lluvia, los habitantes de estos barrios de Bogotá sufren por las inundaciones y el desbordamiento de aguas negras, una crisis que se agrava por la falta de alcantarillado y la ineficiencia en el control de las autoridades.

Luis Eduardo Romero

Bogotá D.C. 

Mientras la ciudad avanza, los habitantes de los cerros orientales y de barrios como El Paraíso, Potosí o Mochuelo se sienten olvidados. Ante la histórica falta de servicios básicos, estas comunidades se han visto obligadas a tomar las calles para hacerse oír, en medio de la creciente percepción de que la Alcaldía de Carlos Fernando Galán se enfoca en las necesidades del norte, dejando en el abandono a los más vulnerables.

Los reclamos son un eco de décadas de desatención. A pesar de su cercanía con el corazón de la ciudad, estas comunidades carecen de los elementos más esenciales para una vida digna:

Sin agua ni alcantarillado: Muchos de estos barrios dependen de carrotanques y de conexiones improvisadas, una situación que pone en riesgo su salud y calidad de vida.

Vías precarias y sin transporte público: La falta de una infraestructura vial adecuada y la ausencia de rutas de transporte público les dificulta el acceso a oportunidades laborales, educativas y de salud.

Falta de inversión social: También demandan una mayor atención en áreas como la educación, la salud y la seguridad.

La administración de Galán, como las anteriores, ha respondido «tomando del pelo» con mesas de diálogo y promesas de soluciones a largo plazo. Sin embargo, las comunidades han criticado la lentitud de los procesos y la falta de presupuesto para ejecutar las obras que necesitan con urgencia. Aunque la alcaldía ha manifestado públicamente su compromiso con la situación, la percepción de abandono en estas zonas persiste y se ha convertido en un desafío para el gobierno de la ciudad.

Ante la falta de agua potable en sus hogares, habitantes de varios sectores de Bogotá deben recurrir a carrotanques y baldes, mientras la Alcaldía se enfoca en confrontaciones políticas con el gobierno nacional en lugar de resolver sus necesidades básicas.