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IBAGUÉ, BUNDE CON AROMA DE VAINILLA

 El bunde,en Ibagué,  la ciudad folclórica, amable, alegre, que abre sus caminos a turistas de todo el mundo, tiene grandes atractivos en su territorio; de hecho, ramifica sus servicios a los restantes municipios tolimenses que ofrecen una rica gama de paisajes, senderos, comida y hospedaje, con la simpatía de sus gentes, dispuestas a ser gratas a todos sus visitantes

 

 

 

 

Gerney Ríos González

Editor Primicia

 

La capital de Tolima y a la vez de la música nacional es la puerta de entrada al turismo más diverso de la Comunidad Andina De Naciones: conecta al occidente con el llamado eje cafetero, donde los departamentos Quindío, Caldas y Risaralda ofrecen al viajero las casas de las fincas que desde hace 120 años producen el mejor café suave del mundo; de allí se parte hacia el Valle del Cauca, Huila y Nariño, tierras de leyendas y gestas heroicas en la Independencia; Ibagué es puerta de entrada al parque de los nevados y volcanes que coronan la cordillera central; es punto de enlace con el centro del territorio colombiano y eslabón con el primer destino turístico que es Bogotá y su extensa y Rica Sabana. Ibagué es el conector de las vocaciones geopolíticas y logísticas aplicadas al océano pacifico, mar Caribe y región bolivariana.

Ciudad folclórica, amable, alegre, que abre sus caminos a turistas de todo el mundo, tiene grandes atractivos en su territorio; de hecho, ramifica sus servicios a los restantes municipios tolimenses que ofrecen una rica gama de paisajes, senderos, comida y hospedaje, con la simpatía de sus gentes, dispuestas a ser gratas a todos sus visitantes. Los productos de la región tolimense llegan a su capital, surten los mercados regionales y muchos, como las frutas y las artesanías son renglones de exportación que aumentan las divisas municipales y departamentales.

La capital de Tolima es un agradable remanso de paz, trabajo y progreso. Con una temperatura de 24ºc es centro de una febril actividad creadora de riqueza y punto administrativo de conexiones con otros vecinos. Limita con el municipio de Anzoátegui por el norte; con Cajamarca por el occidente; sur San Luís y Rovira; oriente Piedras y Alvarado; su división política está formada por 13 comunas, 408 barrios y 132 veredas en 17 corregimientos que respiran tranquilidad gracias a la vigilancia constante de fuerza pública y autoridades civiles.

Ibagué está a una altitud de 1285 msnm; tiene un área de 1439 kilómetros cuadrados, con una rica hidrografía integrada por las cuencas Totaré, Coello, Opía, La China, Combeima, Alvarado, Cócora, Chípalo, Tochecito y Guandalay.

Ibagué es un importante centro textil y turístico en Colombia y destino obligado de viajeros. Su importancia radica en su condición de puerto de carretera central (La línea) que integra el centro de Colombia con el occidente y océano Pacifico con su puerto Buenaventura, corredor de los mercados asiáticos a Suramérica.

En un lustro Ibagué será centro y destino turístico internacional de negocios; la inversión extranjera en hotelería significó en los últimos diez años un verdadero éxito, tanto en la zona urbana como en la ruralía, saturada de paisajes para el mejor descanso en la noche para millares de turistas. Basta mencionar en la rama de estos servicios: Altamira, la Casa Morales, Tierra Caliente, un moderno complejo turístico de primer orden tecnológico, hasta los hoteles y hospedajes de otras categorías, asequibles a todos los bolsillos turísticos para la mejor comida y el reposo reparador.

Ibagué y el departamento de Tolima se enmarcan entre Caldas por el norte, sur Huila, oriente Cundinamarca; occidente Cauca, Valle, Quindío y Risaralda.

La población de la ciudad de acuerdo al Dane supera los 440 mil  habitantes, áreas urbana y rural, entregada a la producción textilera, la agroindustria y turismo.

Ibagué ofrece una variedad de sitios que no pueden dejar de visitarse en plan de conocimientos y vacaciones. A la ciudad se llega por vía aérea, “Perales” y la gran carretera desde Bogotá al occidente de Colombia. En comercio y grandes almacenes, se iguala a las restantes y desarrolladas capitales del país. Una rápida hojeada a su potencial turístico nos llevará al conservatorio de música del Tolima con su sala Alberto Castilla de los grandes compositores tolimenses, autor del Bunde, himno regional; Museo de Arte del Tolima; Teatros, biblioteca Darío Echandía; parque Manuel Murillo Toro; Concha Acústica, parque Centenario Garzón y Collazos, Jardín Botánico Alexander Von Humboldt, Parque de las Orquídeas; Tierra Caliente, Nevado del Tolima; zonas rurales con hostales de primera categoría. Y ni hablar de fiestas; “Día del Tamal”, de “La Lechona”; Festival Folclórico Colombiano; Día de San Juan y San Pedro; por algo es la “ciudad musical de Colombia. Sus reinados son tradicionales y ni hablar de  sus hijos ilustres que le dan fama en todas las disciplinas del espíritu, del saber y la juricidad.

La capital de Tolima es un agradable remanso de paz, trabajo y progreso. Con una temperatura de 24ºc es centro de una febril actividad creadora de riqueza y punto administrativo de conexiones con otros vecinos

 

Historia

Fue el capitán español Andrés López de Galarza, su fundador el 14 de octubre de 1550, con el nombre de Villa de San Bonifacio de Ibagué del Valle de las lanzas. La historia es como sigue: fue el hallazgo de unas minas de oro y plata en otra orilla del Río Grande de la Magdalena y la necesidad de abrir un camino menos duro entre Cartago y Tocaima por entonces Villas, lo que obligó a la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada a buscar la pacificación del “Valle de las lanzas” donde habitaban tribus guerreras y belicosas que ponían en riesgo el dominio español.

Había necesidad de someter a indígenas panches y Pijaos para integrarlos a la Santa Madre Iglesia y al dominio del Rey Don Carlos I. el contador del Rey que lo fue el Capitán Andrés López de Galarza fue comisionado para tal hazaña; el 23 de julio de 1550 inició su crucero al frente de un puñado de soldados españoles. Cruzó el Magdalena y se adentró con sus hombres en los actuales territorios tolimenses por el “paso de Céspedes”.

Parece ser que López de Galarza tenía poder y habilidad de persuasión, cualidades que le sirvieron para someter al cacique Ibagué y en esta forma tomó las tierras indígenas para la corona española. El 14 de Octubre de ese año, fundó en lo que hoy es Cajamarca la Villa de San Bonifacio de Ibagué del Valle de las lanzas; ya existía el Volcán Machín sinónimo de peligro.

Sin embargo el conquistador fue hostigado duramente por los indios Pijaos, hasta el punto de verse obligado a trasladar la fundación al sitio que actualmente ocupa la capital de Tolima. Eso ocurrió en 1551 un 7 de febrero, lo que ha sido a lo largo de la historia fruto de polémicas por la confusión de las fechas.

A inicios del siglo XVII, indígenas Pijaos prendieron fuego al poblado. Arrasaron con edificaciones y sembrados La Real Audiencia ordenó la formación y dotación de un ejército al mando del general don Juan de Borja, que era caballero de la orden de Santiago, nieto del Conde de Candía, con el encargo de acabar con estas tribus aguerridas. Fue en la meseta de Chaparral donde se concentró el poder de la Colonia para completar la conquista de estas tierras. Hacia 1610 Juan de Borja  con el concurso de otras tribus logra dominar el panorama.

Es bien conocida la historia del cacique Baltazar quien con su lanza atravesó al cacique Calarcá, su “enemigo” pues se había unido él a los españoles. Agónico, Calarcá trepó por la lanza homicida y alcanzó el culto de Baltazar, estrangulándolo. Borja llegó a Ibagué con la célebre lanza del cacique, como señal del triunfo español. En el arco toral  de la iglesia de Ibagué estuvo el arma exhibida hasta el terremoto que afectó a la ciudad en 1827.

La ciudad afinca su economía en la actividad de las confecciones, la rama de los servicios, hotelería y turismo, sector agropecuario en el que es gran productor de café, arroz, ganado vacuno. Luego de Medellín y Bogotá Ibagué sobresale en la industria textilera. Su futuro económico está asegurado con las inversiones extranjeras en aumento en todas las actividades de sus industriosos habitantes.

Aroma de vainilla

Entre Ibagué – Alvarado y el norte del Tolima en el entorno del Rio de la Magdalena podría ser la región de la vainilla, fruto que tiene uno de los mercados más promisorios en el mundo. Las condiciones climáticas y de tierras, entre la cordillera y el gran rio califican a estas áreas para ser productoras-exportadoras de primer orden. Cultivar esta especie beneficiaria a los microempresarios del campo y evitaría la tala de árboles.

El aroma suave y sabor agradable de la vainilla, que adereza bebidas, heladería, pastelería y miles de productos, es un recurso potencial para el Tolima y Colombia. Es una riqueza que el departamento debe aprovechar al máximo.

Pijaos, Panches, Pantágoras, Gualies, Calucaymas, Citirques, aplicaron la vainilla para obtener buenos olores y energías. Otras tribus tolimenses como guambaimas, hondamas, tolaimas, mariquitanes, guarinoes, bledos, tuamos y doimas la cosechaban para uso medicinal, rituales y culinaria autóctona.

La vainilla es especie nativa y el Tolima es una región propicia para sembrarla y hacerla productiva, debido a que gran parte de sus 23 mil kilómetros de extensión están por debajo de los mil metros de altura y existen excelentes condiciones climáticas,  además de un viento que ayuda a la propagación, sumado a la riqueza hídrica departamental, tributaria del Magdalena